Lunes, 7 de diciembre.
Redacción
"El impacto de los usos históricos del suelo en la evolución ecológica del sistema eólico de Arinaga", un trabajo de Néstor Marrero, ha obtenido la Beca de Investigación Simón Benítez Padilla que convoca la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, a través de la Biblioteca Insular, y que este año estaba dedicada al tema de la Ecología y el Medio Ambiente en Gran Canaria.
El proyecto de Néstor Hernández pretende analizar el impacto de la actividad humana en los ecosistemas eólicos de Arinaga a lo largo de la historia, y enmarcado en la denominada ecología histórica, podrá reconstruir, mediante diferentes procedimientos, las características de los ecosistemas en un periodo de unos 200 años.
En la investigación propuesta se pretende estudiar la relación entre los usos del suelo histórico (industria de los hornos de cal, agricultura, usos recreativos, etc.) y las alteraciones sufridas por el sistema eólico de Arinaga.
Marrero, que desarrolla una línea de investigación alrededor de los usos históricos y la evolución del paisaje, sobre todo en los campos de dunas de Canarias, asegura que "estos estudios son especialmente útiles para abordar trabajos de gestión y restauración, pues con ellos se puede conocer cómo responde la naturaleza ante las perturbaciones humanas derivadas de los usos del suelo".
Asimismo, añade que "son especialmente necesarios en los sistemas de dunas áridos, pues se encuentran entre los más degradados y, en Canarias, la superficie ocupada por los sistemas playa-duna es bastante reducida, encontrándose la mayoría en un estado de conservación deficiente por la elevada presión antrópica que sufren".
Sin embargo, indica el autor, "poseen un alto valor natural, tanto desde el punto de vista de la geodiversidad como de la biodiversidad. A modo de ejemplo, y a pesar de la intensa alteración antropogénica que ha sufrido, agrega Marrero, Arinaga contiene dos poblaciones de especies amenazadas, la Atractyulis preauxiana y la Convolvulus caput-medusae, por lo que se convierte en un buen laboratorio para estudiar la capacidad de respuesta de un sistema eólico costero ante una intensa perturbación humana".