Martes, 2 de febrero.
Antonio Morales*
El pasado fin de semana la diputada de Coalición Canaria por Santa Cruz de Tenerife, Ana Oramas, nos sorprendió presentando en el Congreso una valoración negativa sobre la Central Hidroeléctrica de Chira-Soria, acompañada por cuatro preguntas dirigidas al Gobierno de España que ponen en evidencia su profundo desconocimiento del proyecto, una desconsideración al Cabildo de Gran Canaria que lo promueve desde hace 9 años y una irresponsabilidad por intentar bloquear una propuesta decisiva para la sostenibilidad de nuestra isla.
La sorpresa fue mayor cuando pudimos comprobar que, lejos de documentarse y solicitar información a quienes conocen técnica y medioambientalmente la iniciativa, el Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria, asume una fe ecologista desconocida hasta hoy en ella y contraria a su defensa del desaguisado en Tenerife de Las Teresitas, del muelle de Granadilla o de las canteras de las montañas de Güímar. La Sra. Diputada, sin contrastar la información asume el argumentario de la Plataforma “Salvar Chira-Soria” que pone en duda la legalidad del proyecto y varios de sus aspectos. Tanto la plataforma como CC reconocieron posteriormente que esa acción se había hecho a petición de este colectivo. Que han conformado una pareja de hecho.
Me parece totalmente lamentable que la diputada tinerfeña cuestione la Central Hidroeléctrica Chira-Soria sin dirigirse ni consultar al Cabildo de Gran Canaria, propietario de las presas e impulsor de este proyecto trascendental para la sostenibilidad de nuestra isla y decisivo para avanzar hacia las soberanías energética, hídrica y alimentaria. Llama la atención también el súbito interés de Oramas por el medioambiente grancanario mientras hace oídos sordos a múltiples problemas medioambientales de su isla en los que su partido tiene una responsabilidad directa.
Es una falta de respeto a la autonomía insular y un ejercicio interesado, partidista e insularista, de bloqueo de una iniciativa medioambiental pionera que colocará a Gran Canaria a la vanguardia de las energías limpias. Imagino la reacción de esa diputada si alguien hubiese cuestionado iniciativas legítimas nacidas en la isla que ella representa. O acaso es consciente de ello y desde su formación política se quiere reproducir el proceso que siguieron en su momento para frenar los anhelos de la sociedad grancanaria de conseguir su universidad.
Resulta irresponsable e insolidario que la Sra. Diputada intente poner en peligro una inversión a fondo perdido de alrededor de 400 millones de euros que realizará el Estado español en Gran Canaria y que será una Central de referencia en el almacenamiento de energías renovables, en la producción de energías limpias y en garantizar agua para frenar la desertización y potenciar el sector primario en una buena parte de Gran Canaria.
También es bastante sorprendente que un colectivo de Gran Canaria, pretendidamente ecologista y progresista, se alíe con la máxima representante de la derecha insularista de Tenerife, responsable de buena parte de la mayoría de los proyectos de destrucción medioambiental en Canarias, y firme partidaria de la introducción del gas y del aire propanado para nuestras ciudades, con el único fin de atacar el proyecto de transición energética promovido por un gobierno progresista. Es sorprendente y desde luego lleva a preguntarse sobre las verdaderas motivaciones que se esconden detrás de este colectivo.
Además, no es la primera muestra de connivencia entre Coalición Canaria y la Plataforma. De hecho su comparecencia en la comisión de Medio Ambiente del Parlamento de Canarias va a ser posible gracias a CC e incluso algún diputado de la formación ha mostrado públicamente a través de sus redes sociales su oposición al proyecto. Cabe preguntarse en qué posición se queda el portavoz de CC en el Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, que apenas un día antes de que Oramas mostrara públicamente su oposición al proyecto se quejaba amargamente de que según él en Gran Canaria es imposible sacar adelante ningún gran proyecto.
Es más, CC en Gran Canaria se apresuró a sacar un comunicado que en el fondo desautorizaba a su jefa de filas, ya que decían estar a favor del proyecto que Oramas había cuestionado públicamente, aunque lo enmascaraban con críticas hacia mí y hacia el Cabildo para no reconocer lo evidente: Oramas cuestionaba el proyecto para atacar al Cabildo de Gran Canaria y evitar una inversión decisiva en nuestra isla.
Es asombroso el desconocimiento que la nota y las preguntas de Ana Oramas manifiestan sobre un proyecto que ha sido sometido a tres expedientes de información pública. Y que ignore que, afortunadamente, los responsables definitivos de la autorización están en Canarias y no en Madrid. Entiendo que cualquier diputada canaria, con más razón si se autodenomina “nacionalista”, debería respetar a las instituciones canarias que están impulsando este proyecto de vanguardia tecnológica mundial y realizando todos los estudios que la ley exige para hacerlo posible.
Desde el Cabildo de Gran Canaria, como propietario de la central e impulsor del proyecto, estamos en condiciones de responder con precisión a las preguntas que la diputada tinerfeña hace a un interlocutor equivocado y con la intención de obstruir.
Respecto a la primera pregunta, sobre el conocimiento y objeto de la obra, le digo que el proyecto define una central hidroeléctrica reversible fundamentada en el aprovechamiento del desnivel existente entre el embalse superior (Chira) y el inferior (Soria), con el objetivo de almacenar energía renovable no gestionable en forma de agua, mediante la elevación de agua a las presas existentes de Chira y Soria, constituyendo una apuesta por la revalorización del patrimonio hidráulico insular. Para garantizar el almacenamiento y la integración de energía renovable no gestionable, las obras se complementan con la ejecución de una planta desaladora y el bombeo del agua desalada a 600 metros de altura, siendo la herramienta para solucionar dos problemas: la emergencia climática y la emergencia hídrica.
Sobre las afecciones a los espacios naturales protegidos de la Red Natura 2000, la solución de la central hidroeléctrica se desarrolla, mayoritariamente, fuera de los espacios naturales; se afecta parcialmente y de forma poco significativa a 3 espacios protegidos de la Red Natura 2000; ZEC Macizo de Tauro II, ZEC El Nublo II y ZEC Franja Marina de Mogán. En ningún caso se trata de afecciones significativas sobre los objetivos de conservación (hábitats y especies) de las ZEC y ZEPA, como tampoco sobre la funcionalidad ecológica de los mismos. Además, el objetivo principal de la Reserva de la Biosfera es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza. De acuerdo con este objetivo, la central proporciona agua al sector primario, a la lucha contra los incendios, las repoblaciones y la lucha contra la desertización.
Para la incorporación de la salmuera al medio marino, que se producirá fuera de la ZEC Franja Marina de Mogán y sin afección a sebadales, inexistentes en esa zona, el emisario estará dotado del sistema de dispersión más eficiente existente, el difusor tipo Venturi, garantizando que el incremento de la salinidad sea únicamente de 0,2 unidades, un 90% por debajo del máximo admisible para el grupo de especies más sensibles.
En relación al supuesto incumplimiento de la legislación al que se refiere la diputada, no hay ningún incumplimiento legislativo del ordenamiento jurídico en vigor nacional y europeo. La Ley estatal 17/2013 establece el marco regulatorio para los sistemas eléctricos insulares, estableciendo que las instalaciones de almacenamiento por bombeo tendrán como finalidades principales la garantía del suministro, la seguridad del sistema y la integración de energías renovables no gestionables y, siempre que tengan esta finalidad, la titularidad corresponde al operador del sistema, es decir a REE.
Por último, sobre la supuesta pérdida de soberanía a la que hace referencia, la Central hidroeléctrica es la oportunidad para empezar a romper la dependencia energética de fuentes fósiles y del exterior, dotándonos de una herramienta imprescindible para la gestión del sistema eléctrico de Gran Canaria. Este proyecto, por su finalidad, permitirá mejorar la rentabilidad de las inversiones de los pequeños y medianos empresarios del sector renovable, siendo una medida clara hacia la soberanía y la democratización energética, permitiendo adoptar las mejores decisiones respecto a la generación, distribución y consumo de energía. Sin la Central hidroeléctrica es imposible avanzar hacia la soberanía energética plena que nos exige el Acuerdo de París.
En definitiva, la Central hidroeléctrica es el mayor proyecto de transición energética que hay en Canarias y uno de los mayores en todo el Estado. Chira-Soria constituye la herramienta principal con la que se alcanzará una cobertura media anual con energías limpias de entre un 51% y un 70% en el uso final de la energía eléctrica consumida en Gran Canaria y supondrá una garantía frente a los efectos del cambio climático, cumpliendo con los Acuerdos de París y conforme a los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima del Gobierno de España, en el camino hacia la urgente descarbonización mediante el aprovechamiento de las energías limpias.
Es una tremenda irresponsabilidad que la señora Oramas ataque este proyecto tan importante para el desarrollo sostenible de Gran Canaria, y por ende de Canarias. A ATI-CC el progreso de Gran Canaria le resulta insoportable. En los tiempos que corren, sería de esperar una actuación más responsable y madura por parte de algunos representantes políticos y de los constructores de plataformas. La ciudadanía lo está demandando.
*Antonio Morales es Presidente del Cabildo de Gran Canaria. (www.antoniomoralesgc.com)