Martes, 3 de agosto.
Antonio Morales*
El viernes, en torno a las 12 del mediodía, la Comisión de Evaluación Ambiental, dependiente de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, informó favorablemente la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto Salto de Chira, lo que permitirá poner en marcha la mayor transformación energética de Gran Canaria desde que se instalara la primera central térmica en la isla, en 1928. Gracias a este proyecto podremos conseguir entre un 50% y un 70% de producción eléctrica con energías renovables en nuestra isla y producir mucha agua para luchar contra los efectos negativos del cambio climático y proteger y potenciar el sector primario en las cuencas de Tunte, Mogán, Tejeda y Artenara.
Gran Canaria, con esta declaración favorable, podrá liderar la transición energética en nuestro Archipiélago y servir como modelo mundial en la lucha contra la descarbonización y la aplicación de los objetivos de los Acuerdos de París. Supondrá un ahorro directo de 122 millones de euros en la factura energética desde el primer año en que entre en funcionamiento la central hidroeléctrica, una inversión de 400 millones que generará miles de puestos de trabajo, la eliminación de las centrales térmicas y su enorme contaminación, la potenciación de las energías renovables y la creación de un nicho de futuro de empleos verdes ligados a un nuevo modelo energético.
No menos importantes son las mejoras que el Cabildo incorporó al proyecto y que permitirán disponer del mayor depósito de agua de Canarias, con varias decenas de millones de metros cúbicos de agua para el desarrollo agrícola de las medianías y cumbres del sur, así como para atender los posibles incendios forestales y hacer frente a la desertización que está acelerando el cambio climático.
Quiero recalcar que los técnicos del Servicio de Biodiversidad de la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente, cuya formación, solvencia e independencia está fuera de toda duda, han asegurado lo que llevamos defendiendo desde hace meses, pese a gravísimos ataques y acusaciones: que las actuaciones previstas no afectarán de forma apreciable a los espacios naturales protegidos incluidos en la Red Natura 2000, siempre que se haga efectivo el cumplimiento de las medidas que han sido asumidas por Red Eléctrica a lo largo del trámite de evaluación ambiental y que el Cabildo ya ha anunciado que reforzará mediante un plan de restauración ambiental que incluso mejore el estado de conservación de zonas que no se van a ver afectadas por la obra.
Desde el Cabildo valoramos muy positivamente que se haya incluido una buena parte de nuestras alegaciones para garantizar tanto la protección de los valores medioambientales del entorno como para minimizar los impactos y afecciones, en particular el ruido, sobre las personas que viven en el Barranco de Arguineguín. Esta población, una vez acabadas las actuaciones, va a poder disfrutar de una mejora del entorno y de mayor seguridad a la hora de transitar, ya que dispondrán de una senda peatonal y para bicicletas, de agua suficiente, de comunidades energéticas rurales…
En este sentido considero un acierto y una gran noticia que la declaración de impacto establezca la creación de una Comisión Técnica de Seguimiento, conformada por todos los agentes implicados, para supervisar el desarrollo del proyecto y contribuir a la aplicación del Programa de Vigilancia Ambiental que realizará un seguimiento exhaustivo de la aplicación de todas las medidas destinadas a la conservación.
La importancia de este proyecto trasciende con mucho la cuestión energética. Estamos hablando de una de las iniciativas de transición ecológica más importantes no solo de Canarias, sino incluso del conjunto del territorio español. Salto de Chira incide en los que a mi juicio son los tres pilares de la transición ecológica y la adaptación contra el cambio climático en la isla: la soberanía energética, la soberanía hídrica y la soberanía alimentaria.
La transición energética hacia un sistema soportado por energías renovables hace necesario el esfuerzo de instalación de tecnologías de almacenamiento debido a que el sol y el viento (sin perder de vista las posibilidades futuras de geotermia, energía maremotriz, hidrógeno u otras), tienen el inconveniente de su intermitencia. Gracias a esta central podremos aprovechar y almacenar los excedentes de energía renovable de estas fuentes que, en estos momentos, se pierden, así como la garantía de suministro y de seguridad sin interrupciones ni “ceros energéticos” para el consumidor final. La necesidad de almacenar la energía sobrante en los sistemas es una de las prioridades del siglo XXI.
Desde el punto de vista hídrico, la incorporación al proyecto de una estación desaladora de agua de mar, actividad que históricamente ha hecho posible el desarrollo económico de la isla, nos permite anticiparnos a la ausencia de lluvias. Por ello, la desalación de agua y elevación en altura, abre una serie de ventajas sociales, agrarias, económicas, culturales y ecológicas, al llenar de agua las presas de Chira y Soria. Además, permite disponer de agua para reforestar y luchar contra los incendios y la desertificación que amenaza al 95% del territorio insular.
Desde el punto de vista de la soberanía alimentaria, dispondremos de 700.000 metros cúbicos de excedente de agua cada año para la reactivación de la agricultura en una zona en la que los cultivos necesitan en algunas épocas del año casi el doble de riego que en la zona norte de isla de Gran Canaria, y que, hoy en día, tienen abastecimientos de agua escasos y no garantizados. Además el canon de 6 millones de euros que Red Eléctrica pagará al Cabildo por la explotación se destinará al abaratamiento del coste de este agua.
Después de más de medio siglo desde que fueran construidas, las presas de Chira y Soria abren posibilidades a partir de ahora, además, para la investigación y la formación en torno a las renovables y añade atractivos para los hombres y mujeres de esta isla y las personas que se acercan a Gran Canaria como turistas.
Esto ha sido posible gracias al inmenso trabajo y entrega del Director Técnico del proyecto, Yonay Concepción, de los equipos técnicos del Consejo Insular de Aguas, de las consejerías insulares de Medio Ambiente, Política Territorial y Presidencia, de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias y de Red Eléctrica de España. De los apoyos y aportaciones del Instituto Tecnológico de Canarias, de expertos de la ULPGC, de la ciudadanía que ha sabido ver la trascendencia del Salto de Chira para el futuro de Gran Canaria, de las organizaciones políticas, de diversos colectivos sociales que se han interesado por hacer de este proyecto un salto al futuro con energía, de los medios de comunicación… Por todo ello, la declaración favorable de este viernes al proyecto de Salto de Chira es mucho más que un acto administrativo. Es una “luz verde” al futuro sostenible de Gran Canaria.