Jueves, 28 de abril.
Francisco García*
No nos quedan muchas más oportunidades. La emergencia climática se ha convertido en una realidad en nuestro día a día. De eso da cuenta el informe parcial publicado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas del pasado 4 de abril. El más alto observatorio sobre cambio climático del planeta alertaba sobre la relación existente entre los fenómenos meteorológicos extremos que se han venido concatenando en los últimos años con el aumento de la temperatura global, como causa directa de la emisión de gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera. De igual modo avanzaban sobre la imposibilidad de frenar un aumento en los próximos años de un 1,5ºC a pesar de la incorporación masiva y eficaz de energías renovables y de desacelerar la economía a escala global.
El futuro es desalentador y los intereses que operan contra un cambio en el modelo energético no ceden en su perseverancia contra quienes defendemos un futuro más sostenible. Hace unas semanas, la guerra de Ucrania era aprovechada como excusa por el Gobierno de España para introducir una disposición en el Decreto que aprobaba el Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania que permitiese la liberalización de las regasificadoras en Canarias, condicionando el proceso de Transición energética que estamos viviendo en las islas a la incorporación del gas natural a nuestro sistema. Los argumentos en contra del gas en Canarias son ya conocidos. Como plantea el Frente Canario contra el gas en su manifiesto, La infraestructura del gas natural requiere de una inversión enorme; su implantación se dilataría en el tiempo años debido a su complejidad; se trata de un combustible caro, escaso, que ha visto aumentado en el último año en un 651% su precio de mercado; aumentaría la presión de barcos metaneros en los puertos, en un momento de crisis del tráfico marítimo, lo cual dejaría sin abastecimiento el servicio en ocasiones.A su vez, la pasada semana nos enterábamos de la reactivación de las prospecciones petrolíferas en la zona marítima cercana a Agadir por parte del gobierno marroquí, y la caverna mediática pro-hidrocarburos empezaba a hablar de la oportunidad perdida por Canarias. Estas prospecciones que pueden suponer un auténtico ecocidio para nuestro archipiélago de darse el más mínimo error, se hará en un espacio marítimo en donde las fronteras están en tela de juicio y que son más de hechos que por derechos. Además, no cabe ninguna duda de que no contarán con los mismos estándares de calidad ni de declaración de impacto ambiental que pudiesen tener en otros países.
Sin embargo, el Gobierno de España asume ya por perdido cualquier tipo de relación bilateral que condiciones las actuaciones políticas que desde el gobierno alauita supongan un perjuicio para Canarias, desde que se posicionó a favor de las tesis marroquí sobre los Territorios Ocupados del Sahara Occidental. La sociedad civil organizada canaria y sus instituciones públicas y privadas dijimos claramente no a las prospecciones petrolíferas. De darse cualquier tipo de desastre ambiental en aguas próximas a canarias, las responsabilidades habría que buscarlas en La Moncloa y en su Ministerio de Asuntos Exteriores por su incapacidad para defender nuestro patrimonio natural y modo de vida.
Estos dos casos son claros ejemplos de los intentos por parte de las grandes corporaciones que explotan combustibles fósiles de penetrar en nuestra realidad insular. Sin embargo, frente a los defienden este modelo caduco que solo nos lleva a condicionar nuestra existencia, somos más quienes llevamos años apostando por un cambio en nuestro modelo energético en base a un proyecto de sociedad sostenible que se evidencia en políticas públicas reales, palpables ya y que están siendo aceptadas por la amplia mayoría de la sociedad canaria.
Un ejemplo de ello es la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria, un proyecto político que aglutina una superficie de casi 200km y a más de 150.000 habitantes y que lidera el proceso de transición ecológica en la isla de Gran Canaria gracias al Plan Estratégico de Desarrollo Sostenible Integral de la Comarca del Sureste de Gran Canaria. Este proyecto consta de 24 ejes de actuación en torno a la sostenibilidad, la protección medioambiental, la mejora de la calidad de vida o el desarrollo económico de la zona.
En este proyecto político del Sureste grancanario en el que apostamos, en el que queremos ser referentes no solo para Canarias sino a nivel internacional, tiene mucho que ver el debate y la transmisión del conocimiento científico, sobre ello se afianzan las políticas públicas que nos han permitido hacer políticas transversales sostenibles a nivel municipal y comarcal, que nos ha permitido incorporar y seguir incorporando cada año más energía limpia en nuestra sistema, de aumentar el autoabastecimiento, de mejorar los productos y servicios de cercanía y, en definitiva, de mejorar de manera sustancial la vida de nuestros vecinos y vecinas. Es por ello que estamos realizando la 15ª edición del Seminario Internacional de Comarcas Sostenibles con el fin de conocer, debatir y construir de manera colectiva un horizonte de futuro para nuestras gentes. Este año, esta cita que realizamos desde el año 2000 es más necesaria que nunca y confiamos que nos permita seguir tomando decisiones en pro de un futuro cada vez más verde.
*Francisco García es Alcalde de Santa Lucía de Tirajana y Presidente de la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria.