Lunes, 26 de junio.
Rafael Álvarez Gil
Comienza el tercer mandato de Antonio Morales en el Cabildo de Gran Canaria. Será el presidente en la actual democracia con más tiempo en la Casa Palacio de Bravo Murillo, tanto cuantitativamente como cualitativamente.
Es decir, con respecto a los años en Presidencia está el precedente de Carmelo Artiles pero este no cumplió su último mandato porque entró Pedro Lezcano tras la moción de censura a un PSOE que nunca creyó que los del sureste fuesen capaces de maniobrar políticamente a ese nivel. Si en el Gobierno de Canarias en vez de pactar con las AIC lo hubiese hecho el PSOE con ICAN y Asamblea Majorera, seguramente en el Cabildo no hubiese ocurrido nada y se hubiese producido una alianza similar. Todo aquello aún retumba en la política isleña. Por su parte, Morales sí estará los próximos cuatro años liderando su modelo de ‘ecoisla’.
Por otro lado, cualitativamente: la victoria del agüimense tiene una clara naturaleza artesanal que emana del pueblo canario. Esto es, Artiles cuando ganó por primera vez en 1983 venía claramente aupado por la ola socialista de Felipe González en octubre de 1982 y sus 202 escaños. Este no es el caso. Morales y NC no han dispuesto, por motivos obvios, de esos movimientos tectónicos de la política estatal que jugasen a su favor.
Desde ahora y hasta 2027, el exalcalde de Agüimes será el representante institucional más importante de la izquierda en Canarias. La responsabilidad es importante, acechan amenazas variopintas e involuciones reaccionarias. Muy serio. El Cabildo de Gran Canaria tendrá que ser un dique de contención frente a la extrema derecha y aquellos que la blanquean.
Morales no se arredra a las presiones. Ya lo ha demostrado desde 2015 en distintas ocasiones. Es una persona de una sola pieza, de palabra, honesta. Y por eso concita semejante respaldo popular en las urnas. Él logra los votos de aquellos que optan por NC pero también de los que lo hacen por otras opciones progresistas en la urna local y autonómica. El agüimense es un valor seguro. Representa a la izquierda canaria, al nacionalismo. Y lo hace precedido por el respeto que le tiene la ciudadanía. Basta con lo que ocurrió recientemente durante la campaña electoral en el mitin en el Teatro Auditorio de Agüimes: venía con un pizco de retraso debido a una final deportiva en Las Palmas de Gran Canaria al que asistía en calidad de presidente de la isla y fue nada más entrar al patio de butacas para encaminarse a la primera fila y el público interrumpió al orador para levantarse y aplaudir al que ayer tomó posesión por tercera vez del mando de Gran Canaria. Estaba en su feudo, en ese municipio del sureste en el que como regidor implementó una red de servicios e infraestructuras públicas que ya quisieran otros consistorios disponer y que no tienen a pesar de acreditar una renta per cápita más alta. La expectación es enorme. De ahí, las tres victorias consecutivas. En su gobernanza de aquí a 2027 estará reflejada las esencias y aspiraciones del pueblo canario.