Lunes, 22 de enero.
Redacción
La Murga Métele que son Pasteles de Uruguay, inmersa en el Carnaval 2024 celebró el pasado jueves el Tablado 1º de Mayo de Montevideo su festival con la participación de Diablos Verdes, Mi Vieja Mula, A la Bartola, Queso Magro, Gente Grande, Doña Bastarda y La Gran Muñeca.
De esta manera, tal y como señala la murga uruguaya en su perfil de Instagram, se despide momentáneamente de la fiesta para emprender un gira española durante un febrero atípico para el conjunto en el décimo octavo aniversario de su fundación.
La intensa programación del tour por España, con el apoyo del Fondo Nacional de Música de Uruguay (FONAM) arrancará el próximo día 2 de febrero en el Teatro Federico García Lorca de Getafe y continuará por el Saló d'Actes del Grau de Gandía, en Valencia (4 de febrero) y el Club Uruguay en Málaga (7 de febrero).
Posteriormente, la Murga Métele que son Pasteles se trasladará al Carnaval de Cádiz, donde girarán por diversos escenarios, pendientes de confirmar, durante cuatro días consecutivos, del 8 al 11 de febrero, y pondrá rumbo a Gran Canaria como agrupación invitada por la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Agüimes a Carnavales del Mundo, que se celebrará en la Plaza Nuestra Señora del Rosario los días 15 y 16 de febrero, y que contará también con la actuación de la Chirigota del Sheriff de Cádiz.
Métele que son Pasteles nació en Montevideo en 2005 como un colectivo artístico que se proponía llegar, junto a otras murgas, a los barrios periféricos y generar nuevos espacios de paarticipación popular, manteniendo un método de funcionamiento corporativo donde cada componente comparten los mismos derechos y obligaciones.
Habituales del Carnaval Mayor de Uruguay, llevan años presentando espectáculos de profunda crítica social y política bajo una perspectiva ligada a las vivencias e intereses de la mayoría, especialmente de los sectores más explotados y oprimidos.
Para ello, se nutren principalmente de la realidad uruguaya, pero sus diagnósticos y mensajes tienen una impronta latinoamericana y, no pocas veces, universal, razón por la que han carecido de los favores y la promoción del mercado cultural.
En sus críticas no quedan fuera la sociedad capitalista, la industria de lainformación, el entretenimiento o el arte, además de, cuando lo creen necesario, el propio mundo del Carnaval uruguayo, que se moderniza y amplifica al ritmo de ir perdiendo sanas mordacidades,, tal y como señaló el pasado mes de septiembre La Izquierda Diario.
En 2020,la murga fue acusada por sectores de la derecha de Uruguay de "incitar a la violencia" en uno de sus más exitosos cuplés de esa temporada, "Vamos a la plaza", aunque desde Métele que son Pasteles se apuntó que descartaban "de plano que ese fragmento del espectáculo incitase a la violencia", al tiempo que aseguraban que "les parecía gracioso ese planteamiento desde algunos sectores pues únicamente dábamos cuenta del recurso que tiene la gente para defender sus derechos, que es, simplemente, manifestarse en la calle".