Sábado, 4 de mayo.
La Provincia
Las Cuevas de la Audiencia, en Temisas, han sido objeto de un nuevo atentado al patrimonio arqueológico e histórico de Gran Canaria después que una persona haya realizado un graffiti con pintura roja en una de las paredes del complejo.
Una oleada de denuncias públicas ha seguido a este nuevo atropello en los espacios trogloditas de Gran Canaria, en el que únicamente reza un nombre de mujer, Vane, y la fecha de la autoría, el 28-4-2024, y que los responsables municipales y arqueólogos achacan al afán del selfie, por lo que ya piden que las visitas sean programadas y bajo control.
Este nuevo atentado, que fue denunciado públicamente el pasado lunes por senderistas y varios vecinos-as de Temisas en las redes sociales, y que acompañaban también con fotografías de la suciedad abandonada en el lugar, ha abierto distintos frentes para el debate de la seguridad de los yacimientos, del patrimonio arqueológico y el descontrol en el acceso a estos vestigios patrimoniales.
Este primer atentado a este asentamiento, pero no el único en reductos similares, fue eliminado inmediatamente y el Cabildo de Gran Canaria acotó el espacio para evitar el tránsito de personas y mayores daños.
De momento, la institución insular envidara a un técnico del área de Patrimonio para evaluar el efecto de la pintura en la roca y determinar si el daño es reversible, al tiempo que solicita información sobre el autor-a del graffiti.
El Alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, ha mostrado su "absoluto rechazo" a lo que considera "un atentado", y manifiesta que "se cometen desde la ignorancia o el bajo nivel cultural" de sus autores-as.
Asimismo, indica que "deberíamos ser contundentes castigando este tipo de actos vandálicos" y alentó a "los titulares de esos espacios a solicitar al Cabildo de Gran Canaria recursos para protegerlos y permitir sólo visita programadas y otras posibilidades de control, algo con lo que el Ayuntamiento de Agüimes colaborará sin duda alguna".
Por otra parte, desde la empresa Tibicena se apunta que "no se puede mantener una vigilancia permanente en estos espacios de alto valor arqueológico y patrimonial, que están abiertos a cualquier persona", por lo que estos actos obedecen sobre todo a que "la gente está fuera de control con los móviles".
Así, añaden que "estamos viviendo un momento en el que el ego de la persona está en lacia y quieren dejar su huella en redes sociales, y cuando no es una firma, es una foto".