23 de diciembre de 2024

Dámaso Suárez, autor del Belén de la iglesia del Cruce de Arinaga, lucha por recuperar la tradición del nacimiento en los hogares

 Lunes, 23 de diciembre.

Vista del Belén del Cruce de Arinaga
Redacción

Dámaso Suárez, colaborador de la Parroquia San José Obrero del Cruce de Arinaga, es el autor del Belén insignia en el sureste de Gran Canaria, una tradición que cumple su décimo quinto aniversario, y que se puede visitar desde el pasado mes de noviembre.
Durante todo este tiempo, el belenista del Cruce de Arinaga ha recopilado más de seiscientas figuras y, como novedad este año, ha incorporado un pozo en miniatura hecho por su padre, Carmelo Suárez, y que es una copia a escala del mismo en el que trabajó toda su vida.
Asimismo, en el Belén destaca sobremanera el vestido que confeccionó el colectivo de caladoras de Ingenio, "que nos visitó el pasado año, quedaron encantadas y quisieron regalarlo para que lo luzca el Niño jesús, aunque normalmente está desnudo".
El Belén de la Iglesia de San José Obrero, que sólo el pasado año recibió a más de dos mil personas en visitas guiadas, está montado en una de las naves del templo y ocupa una superficie de casi unos 400 metros cuadrados.
La obra de Dámaso Suárez tiene como gran característica su cascada, de cuatro metros de altura, o la casa del Rey Herodes, elaborado en cartón a mano por el propio belenista.
Todos estos detalles,  así como el resto de elementos, sirven para poner en valor, no tanto su trabajo, que es una afición desde niño, o el de su padre, sino para reivindicar que "la Navidad siempre se ha caracterizado por las rutas de belenes, pero poco a poco empieza a serlo por los encendidos de la iluminación navideña", señaló Suárez al periódico La Provincia.
Así, como belenista, reclama "mayor atención a lo nuestro, a nuestras tradiciones", y recuerda que Moya fue un muncipio referente en los portales de Belén, "pues habían cada año cuatro o cinco y eran una maravilla".
Con todo esto, Dámaso Suárez se refiere a que la tradición del belenista se pierde a pasos agigantados "comidos por las empresas, que son ahora las que se encargan de realizarlos en grandes centros comerciales, pero pagando".
Montar el Belén cada año en la Iglesia de San José Obrero, en el Cruce de Arinaga, no supone ningún sacrificio para Dámaso Suárez, sino más bien todo lo contrario, "porque me gusta, pero mi empeño es que se recupere también en los hogares".