Miércoles, 11 de diciembre.
Redacción
Capitanía Marítima informó que ayer, en una acción en la que se utilizó agua y espuma, se logró extinguir el incendio que se había declarado en un barco de bandera portuguesa, el Langeland, atracado en el Puerto de Arinaga.
Durante la mañana de ayer, los Bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria continuaban luchando contra el fuego después de que un retén pasara la noche trabajando en la extinción de las llamas, sin poder llegar a controlarlas, y que se reactivaron a primer hora del día por el material que se acumula en la bodega del barco, restos de chatarra y de vehículos que actúan como combustible.
Con el objetivo de analizar la situación y buscar las mejores fórmulas con las que abordar el incidente, se celebró una reunión en la que participaron representantes de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, entidad que dirige la emergencia en el recinto de Arinaga; de Capitanía Marítima, encargada de controlar las emergencias en el mar; del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria; y de Salvamento Marítimo.
Aunque en un principio se optó por dejar que el fuego se autoextinguiera, dado que se estaban produciendo pequeñas deflagraciones y porque había riesgo de que el barco se escorara, a decisión final fue atacar el incendio en el buque con agua, una labor que se llevó a cabo desde el mar, con un remolcador con cañón de agua, y desde tierra con los bomberos.
Finalmente, los bomberos pudieron acceder a la embarcación para inspeccionar y rellenar de espuma las bodegas para prevenir otra reactivación del fuego.
A partir de ahora, habrá que retirar de forma controlada las aguas sucias procedentes de los trabajos de extinción del fuego mediante un sistema de bombeo y depositarlas en cisternas para su tratamiento en tierra.
Por otra parte, Capitanía Marítima señala que en relación a posibles vertidos, de momento no hay residuos en el mar ni riesgos de que se produzcan, y añade que "el buque no está dando muestras de ser un peligro", con lo que se transmite también un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía.
Durante la mañana de ayer, los Bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria continuaban luchando contra el fuego después de que un retén pasara la noche trabajando en la extinción de las llamas, sin poder llegar a controlarlas, y que se reactivaron a primer hora del día por el material que se acumula en la bodega del barco, restos de chatarra y de vehículos que actúan como combustible.
Con el objetivo de analizar la situación y buscar las mejores fórmulas con las que abordar el incidente, se celebró una reunión en la que participaron representantes de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, entidad que dirige la emergencia en el recinto de Arinaga; de Capitanía Marítima, encargada de controlar las emergencias en el mar; del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria; y de Salvamento Marítimo.
Aunque en un principio se optó por dejar que el fuego se autoextinguiera, dado que se estaban produciendo pequeñas deflagraciones y porque había riesgo de que el barco se escorara, a decisión final fue atacar el incendio en el buque con agua, una labor que se llevó a cabo desde el mar, con un remolcador con cañón de agua, y desde tierra con los bomberos.
Finalmente, los bomberos pudieron acceder a la embarcación para inspeccionar y rellenar de espuma las bodegas para prevenir otra reactivación del fuego.
A partir de ahora, habrá que retirar de forma controlada las aguas sucias procedentes de los trabajos de extinción del fuego mediante un sistema de bombeo y depositarlas en cisternas para su tratamiento en tierra.
Por otra parte, Capitanía Marítima señala que en relación a posibles vertidos, de momento no hay residuos en el mar ni riesgos de que se produzcan, y añade que "el buque no está dando muestras de ser un peligro", con lo que se transmite también un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía.