Domingo, 16 de marzo.
Canarias7
El Cabildo de Gran Canaria inicia este mes la primera fase de la regeneración paisajística y ambiental del entorno de la Playa de Vargas que, con una inversión de poco más de 440.000 euros, permitirá realizar una limpieza de vertidos, escombros y todo tipo de residuos que se acumulan en este espacio para lograr su restauración y potenciar sus peculiaridades, como la vegetación, fauna, geología y vestigios de agricultura tradicional.
La iniciativa se enmarca en los proyectos directores de regeneración paisajística de las carreteras GC-1 y GC-2, en el desarrollo del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Gran Canaria (PTE-5).
Para ello, la Consejería de Política Territorial y Paisaje del Cabildo de Gran Canaria ha encargado a la empresa pública Tragsa, como medio propio, la ejecución de este proyecto debido a la degradación del área.
En esta primera fase, que abarca el espacio más alejado de la costa, las operaciones están dirigidas a trabajos de limpieza y retirada de vertidos y escombros de antiguas cuarterías demolidas y de invernaderos abandonados, así como de residuos incontrolados de actividades agrarias y de obras abandonados en la zona.
Este espacio no está afectado por el dominio público marítimo-terrestre ni por las servidumbres de tránsito y protección establecidas por la Ley de Costas, ni por las delimitaciones establecidas por la Red Natura 2000, de forma que se puedan ejecutar de manera inmediata y con un plazo de duración de dos meses.
Entre las labores establecidas se contempla la retirada de plásticos, madera, alambres, mezclas de restos orgánicos y rafia, así como de vertidos de mezclas de hormigón, bloques, pavimentos y alicatados procedentes de las antiguas cuarterías.
Los trabajos de demolición de invernaderos en abandono o en desuso, incluyendo residuos agrícolas, protecciones agrícolas enterradas y restos de red de riego o canalizaciones desuso, abarcan una superficie de más de 34.000 metros cuadrados, mientras que la limpieza de desarrollará en un espacio de algo más de 14.000 metros cuadrados.
Asimismo, en el proyecto está incluido el escarificado del terreno hasta una profundidad mínima de 20 centímetros, con una motoniveladora equipada con escarificadora, en una superficie de 24.365 metros cuadrados para permitir una renaturalización del suelo.
De esta manera se pretende potenciar los valores únicos y exclusivos de esta parte de la costa, no sólo con la corrección de los impactos paisajísticos, sino también con la mejora y puesta en valor de sus características naturales y culturales.
El proyecto prevé, asimismo, el cierre provisional de tres pistas mediante una fila de grandes bolos basálticos para evitar el acceso de vehículos entre la costa y la zona de interior, una acción que permitirá la regeneración natural y la reducción o eliminación de nuevos impactos.
En fases posteriores se realizará una ordenación de actividades de interés para la ciudadanía, especialmente deportivas al aire libre como las náuticas, de senderismo y de recorridos de ciclo rodados.
La iniciativa se enmarca en los proyectos directores de regeneración paisajística de las carreteras GC-1 y GC-2, en el desarrollo del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Gran Canaria (PTE-5).
Para ello, la Consejería de Política Territorial y Paisaje del Cabildo de Gran Canaria ha encargado a la empresa pública Tragsa, como medio propio, la ejecución de este proyecto debido a la degradación del área.
En esta primera fase, que abarca el espacio más alejado de la costa, las operaciones están dirigidas a trabajos de limpieza y retirada de vertidos y escombros de antiguas cuarterías demolidas y de invernaderos abandonados, así como de residuos incontrolados de actividades agrarias y de obras abandonados en la zona.
Este espacio no está afectado por el dominio público marítimo-terrestre ni por las servidumbres de tránsito y protección establecidas por la Ley de Costas, ni por las delimitaciones establecidas por la Red Natura 2000, de forma que se puedan ejecutar de manera inmediata y con un plazo de duración de dos meses.
Entre las labores establecidas se contempla la retirada de plásticos, madera, alambres, mezclas de restos orgánicos y rafia, así como de vertidos de mezclas de hormigón, bloques, pavimentos y alicatados procedentes de las antiguas cuarterías.
Los trabajos de demolición de invernaderos en abandono o en desuso, incluyendo residuos agrícolas, protecciones agrícolas enterradas y restos de red de riego o canalizaciones desuso, abarcan una superficie de más de 34.000 metros cuadrados, mientras que la limpieza de desarrollará en un espacio de algo más de 14.000 metros cuadrados.
Asimismo, en el proyecto está incluido el escarificado del terreno hasta una profundidad mínima de 20 centímetros, con una motoniveladora equipada con escarificadora, en una superficie de 24.365 metros cuadrados para permitir una renaturalización del suelo.
De esta manera se pretende potenciar los valores únicos y exclusivos de esta parte de la costa, no sólo con la corrección de los impactos paisajísticos, sino también con la mejora y puesta en valor de sus características naturales y culturales.
El proyecto prevé, asimismo, el cierre provisional de tres pistas mediante una fila de grandes bolos basálticos para evitar el acceso de vehículos entre la costa y la zona de interior, una acción que permitirá la regeneración natural y la reducción o eliminación de nuevos impactos.
En fases posteriores se realizará una ordenación de actividades de interés para la ciudadanía, especialmente deportivas al aire libre como las náuticas, de senderismo y de recorridos de ciclo rodados.