Martes, 4 de noviembre.
San Borondón Info
El colectivo Derecho al Techo denuncia el aumento descontrolado de los precios del alquiler en Gran Canaria y la normalización de la infravivienda como alternativa habitacional, y asegura que esta situación está siendo aprovechada por quienes con fines especulativos alquilan viviendas por habitaciones, obteniendo unos beneficios desproporcionados a costa de la precariedad ajena.
En este sentido, afirma que en Gran Canaria se observan ejemplos alarmantes de esta tendencia, con precios del alquiler que se acercan al salario medio de muchas personas, lo que constituye un abuso y una vulneración del derecho a una vivienda digna.
Algunos ejemplos que aporta Derecho al Techo, extraídos de páginas webs destinadas al alquiler, muestran precios del alquiler de una habitación de entre 490 y 600 euros en Trasmontaña (Arucas), Santa Brígida, Las Palmas de Gran Canaria, Vecindario (Santa Lucía de Tirajana), Mogán o en Arinaga.
Pagar esta cantidad por una habitación no puede considerarse una solución habitacional, sino una forma de explotación encubierta que enriquece a unas pocas personas mientras se expulsan a muchas otras de sus barrios y de sus ciudades, agrega el colectivo, que hace un llamamiento a todas las personas afectadas para promover la organización colectiva y exigir medidas que frenen la especulación y garanticen el acceso real a la vivienda.
En este sentido, afirma que en Gran Canaria se observan ejemplos alarmantes de esta tendencia, con precios del alquiler que se acercan al salario medio de muchas personas, lo que constituye un abuso y una vulneración del derecho a una vivienda digna.
Algunos ejemplos que aporta Derecho al Techo, extraídos de páginas webs destinadas al alquiler, muestran precios del alquiler de una habitación de entre 490 y 600 euros en Trasmontaña (Arucas), Santa Brígida, Las Palmas de Gran Canaria, Vecindario (Santa Lucía de Tirajana), Mogán o en Arinaga.
Pagar esta cantidad por una habitación no puede considerarse una solución habitacional, sino una forma de explotación encubierta que enriquece a unas pocas personas mientras se expulsan a muchas otras de sus barrios y de sus ciudades, agrega el colectivo, que hace un llamamiento a todas las personas afectadas para promover la organización colectiva y exigir medidas que frenen la especulación y garanticen el acceso real a la vivienda.
