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El Cabildo de Gran Canaria ha anunciado este martes que llevará al Museo Canario el bloque de piedra del Barranco de Balos, una pieza arqueológica que contiene una de las mayores concentraciones de inscripciones líbico-bereberes de la isla, para evaluar la posibilidad de restaurarlo después de que intentaran destrozarlo a martillazos el pasado mes de junio. Según declaró Ernesto Martín, director insular de Patrimonio del Cabildo, aún es pronto para saber si se podrá restaurar totalmente el panel ya que primero se debe llevar al Museo Canario, en la capital grancanaria, para que los restauradores evalúen la posibilidad de recuperar la mayor parte posible. El bloque tiene en torno a un metro de largo por un metro y medio de ancho y fue partido por la mitad, por lo que a priori “será difícil de restaurar”.
Este yacimiento estaba vallado por su importancia y sólo se podía acceder a él previa solicitud al Cabildo (como se puede ver en el Anexo II del Boletín Oficial de Canarias 2002/135, del jueves 10 de octubre de 2002), algo que no impidió el atentado contra el yacimiento. En este sentido, Ernesto Martín asegura que una de las medidas es reforzar la vigilancia en coordinación con varios cuerpos de seguridad como el Seprona o la Policía Local, pero que lo fundamental está en “la toma de conciencia” del ciudadano de la importancia de estos grabados, una toma de conciencia que cree debe darse desde las escuelas. “La vigilancia es vital, pero siempre escapará algo. Será muy diferente si el ciudadano toma conciencia del valor del Patrimonio y comienza a velar por él. Entonces podemos decir que ese Patrimonio tendrá garantizado su futuro”, comentó.
La zona arqueológica del Barranco de Balos, conocida como Los Letreros, se localiza en el término municipal de Agüimes, a una cota de unos 200 metros sobre el nivel del mar, próximo al límite municipal de Santa Lucía, a partir de la confluencia de los barrancos de Temisas-Las Pilas, que desde este tramo y hasta la desembocadura se denomina de Balos. Se trata de una formación basáltica en forma de Roque, de más de 600 metros de longitud, unos 10 metros más o menos de alto y unos 20 de ancho, que aflora de modo muy evidente en medio de los depósitos sedimentarios del ancho cauce del barranco. Los Letreros de Balos constituye una de las estaciones rupestres más espectaculares de Gran Canaria, tanto por el elevado número de paneles que acoge como por que reúne prácticamente la totalidad de la tipología de grabados documentados hasta el momento en Canarias, con la excepción de los espiraliformes de la isla de La Palma. Las inscripciones alfabetiformes líbico-bereberes de Balos, fueron estudiadas científicamente por primera vez, en 1970 por el profesor Beltrán Martínez, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Zaragoza, en el curso de una campaña organizada por el Museo Canario y están situadas cronológicamente en una fecha no anterior al 200 a .C. (en J. Cuenca Sanabria, 1996).
Fotografía 1: El Presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, durante la visita realizada ayer al yacimiento arqueológico de Balos.
Fotografía 2: Estado en que quedó la pieza grabada tras el destrozo del pasado mes de junio.