15 de noviembre de 2008

Los "paros biológicos" salvan al tomate del Sureste de la mosca blanca

Sábado, 15 de noviembre.

La Provincia
Los agricultores del Sureste se propusieron, desde hace unos meses, cambiar sus métodos de cultivo para ganar la batalla a la mosca blanca y ahora el tiempo les da la razón. Sanear la tierra durante más de tres meses tras la zafra, mediante "paros biológicos", limpiarla de los restos de vegetales y evitar los productos químicos, han dado como resultado unos tomateros casi libres de la plaga de mosca blanca que azota a casi todos los demás cultivos de Gran Canaria y que se ha convertido en el peor azote de los últimos tiempos.
Aunque ninguna planta está exenta de que prolifere la plaga, la paciencia y utilización de otros productos hace que los agricultores del Sureste se hayan librado de este mal para sus cultivos. Roberto Góiriz, portavoz de la Federación de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de la provincia de Las Palmas (Fedex), asegura que "ninguno de los cultivos están exentos de padecer esta plaga, pero sí es cierto que en el Sureste está controlada. Esto es así debido al esfuerzo que han realizado los agricultores. Desde que se acaba la zafra, más o menos en el mes de mayo, la tierra se sanea sin cultivar nada y de esta forma evitamos la proliferación de la plaga".
Blas Sánchez, Presidente de la Cooperativa San Rafael en Vecindario, que cultiva más de cincuenta hectáreas de tomateros, corrobora que "en la Cooperativa no tenemos problemas graves con la plaga de la mosca blanca; es verdad que existen algunos focos, pero muy puntuales y no son alarmantes".
El Presidente asegura que se ha tenido bastante cuidado con los cultivos para luchar contra esta plaga que tanto daño ha hecho en los últimos tiempos y continúa haciendo en municipios como La Aldea de San Nicolás. "Además de esperar a que sanee la tierra durante tres meses, limpiamos en profundidad la tierra quitándole todos los restos de vegetales que quedan. Antes, al dejar los restos allí, la plaga se reproducía con facilidad".
Otro portavoz agrícola, Antonio Vega, sigue preocupado por esta plaga. "No creo que debamos decir que está controlada, creo que hay varios focos, aunque la situación no sea tan grave como en otros sitios".
Hace un año, los tomateros de la Cooperativa San Rafael en Vecindario, invernaderos de Montaña Los Vélez y Playa de Vargas, ambos en el municipio de Agüimes, y los de Los Llanos de Juan Grande sufrieron las consecuencias de esta plaga. Más de doce hectáreas estuvieron afectadas con este virus, en donde se perdieron 1,8 millones de euros en semilleros.
El problema de la mosca blanca está en su desmesurada proliferación. Las moscas causan daños directos e indirectos en la planta. El directo, es el que produce la melasa que cubre los huevos para protegerlos de los insecticidas y el daño indirecto, está considerado el más grave, ya que la mosca pica en una hoja que tiene el virus y lo traslada, perdiéndose el fruto.