3 de junio de 2009

Artículo: "El macizo rocoso del Roque Aguayro"

Miércoles, 03 de junio.

Antonio Estupiñán*
La famosa y legendaria montaña del Roque Aguayro es, actualmente, el símbolo histórico, y a la vez el sello representativo, de la Señorial Villa de Agüimes y al mismo tiempo ostenta el reinado de los macizos rocosos en la Comarca del Sureste de Gran Canaria, siendo declarado en las postrimerías del pasado siglo XX Paraje Natural de Interés Nacional, hecho que enorgullece al municipio de Agüimes.
Lugar que conserva en sus aledaños un rico historial aborigen, enmarcados en primer lugar por los Letreros de Balos, con grabados alfabetiformes y cruciformes de origen bereber-tuaregs del periodo Neolítico (segunda edad de piedra), desgraciadamente ha sido últimamente masacrado por los enemigos de nuestro Patrimonio Arqueológico Insular y en segundo lugar, por el posterior asentamiento de un importante poblado aborigen (el tercero en importancia de la isla, después de Gáldar y Telde), ocupando durante siglos gran parte del territorio desde Guayadeque, casco histórico de Agüimes, Temisas, Roque Aguayro y en su zona de costa, desde el famoso puerto-abrigo de la Bahía de Gando y su asocada playa (Telde), Playa del Burrero (Ingenio) y las playas de Vargas, Cabrón y Arinaga (Agüimes). Este monumento natural del Roque Aguayro es una grandiosa piedra basáltica que culmina en sus 500 metros de altitud, y que resurgió en el Mioceno Medio, hace unos catorce millones de años, y se fundamenta en aquellos tres ciclos o episodios magmáticos subaéreos de materiales volcánicos, donde se constituyó la formación de la isla de Gran Canaria hasta bien alcanzado los cinco millones de años. Esta llamada "Montaña Sagrada", implora al visitante un serio respeto y un misterio indescifrable en torno a su verdadero origen. Dicha montaña, con su impresionante macizo rocoso, se formó dentro de las llamadas "Montañas Individuales", motivadas tras una serie de erupciones volcánicas donde posteriormente se formaron numerosas montañas solitarias en el Sureste de Gran Canaria, destacando la Montaña Sagrada de Cuatro Puertas y la Montaña de Gando (Telde), la Montaña de Arinaga, Montaña de Agüimes, Montaña Los Vélez y el Roque Aguayro (Agüimes), Montaña de Marfú (Ingenio), así como otras pequeñas montañas de menor cuantía.
El Roque Aguayro se levanta a los pies mismo del barrio de Los Corralillos, muy cercano al Parque de los Cocodrilos y dista varios kilómetros lineales de la Villa de Agüimes. Numerosos barrancos pasan por sus aledaños, destacando el famoso Barranco de Balo, que da su nombre al famoso Pino Enano Canario (Plocama Péndula), haciendo frontera-sur con el municipio de Santa Lucía. Éste, hoy inhóspito lugar, fue desde tiempo inmemorial hasta el 1.700 de nuestra era, una zona de rica vegetación, cuyas aguas discurrían barranco abajo a través de sus numerosos manantiales y galerías, camino de la costa, cuya desembocadura es en las inmediaciones del actual Puerto de Arinaga. Es una zona de fauna rica en aves y reptiles, así como una envidiable flora autóctona, con numerosos endemismos únicos en la isla, donde se incluyen una gran variedad de grandes tabaibas, aulagas, cardones, retamas de diversos colores y el famoso balos, que alcanza en varios lugares más de cuatro metros de altura.
Escribir sobre esta famosa montaña a través de la historia, ocuparía muchas páginas. Curiosamente, el nombre Roque Aguayro representa actualmente a la formación política independiente de la Villa de Agüimes que ha logrado mantenerse como grupo gobernante mayoritario desde la constitución de la Democracia hace cerca de treinta años, siendo su Alcalde Antonio Morales Méndez, el más longevo de esta democracia y en mi opinión, que ha sido compartida por muchos políticos en los medios de comunicación, uno de los más valorados de Canarias, que a dado a su pueblo bienestar, riqueza y un gran futuro para su Villa natal.
*Antonio Estupiñán fue decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria y es colaborador de periódicos digitales.