La Provincia
Medio centenar de perros han encontrado un hogar gracias a Pepe. Es un juez clemente, y aunque se cumpla el plazo del sacrificio, les perdona la vida. Pepe es más que el encargado de la perrera municipal del Cruce de Arinaga, se ha convertido en un salvador para los canes abandonados.
José Antonio López, conocido como Pepe el de Guayadeque, ha unido este año a más de 50 perros con sus nuevos dueños y ha dejado en el mínimo posible el número de sacrificios que deben realizarse por ley. Pepe no para hasta encontrar un hogar adecuado para cada can, siempre según las características del perro y de su futuro hogar. El protocolo que sigue es bien sencillo: recoge el perro abandonado, apunta en un bloc sus características y se dedica a llamar a los posibles futuros dueños del perro. Esto lo lleva haciendo desde 2003.
Por tanto, aquellos que quieren una mascota ya recurren a él y si no hay ningún perro adecuado para esa familia, apunta su dirección para llamarlos cuando llegue uno. Y todo ello con cierto apuro, ya que la ley no permite mantener a un perro en la perrera más de 21 días, pues tras este tiempo habría que sacrificarlo. Pepe les perdona. Su trabajo no es fácil. "Tienes que tener en cuenta dónde viven los que quieren ese perro. No vas a darle un pastor alemán a alguien que vive en un piso. Lo importante es que tanto la mascota como la familia se sientan a gusto en su futura convivencia. Hasta ahora sólo una señora me devolvió el perro que le di, debido a una fuerte alergia que le producía, pero ese perro ya tiene dueño".
Asegura que no cree que haga nada fuera de lo normal. "Esto lo haría cualquier persona; ayer mismo dos vecinos de Agüimes trajeron dos perros y ya estoy buscándoles dueño; no creo que sea difícil porque son muy buenos". Son pocos, no llega a un 10% al año, los perros que se sacrifican en la perrera. "Suelen ser aquellos que tienen un alto nivel de agresividad o ya están muy viejitos como para adoptarlos, se trata de casos ya muy difíciles". Las condiciones para que López recoja al perro que la familia quiere ceder es que sean personas del municipio de Agüimes y que la cartilla de vacunación esté en regla. "Por lo demás todos los perros los trato igual, ya que aquí no existe la discriminación de razas ni nada de eso", afirma el cuidador.
Cuenta un caso curioso, el de un perro al que le consiguió un dueño. "Éste lo llevó por la perrera al par de meses para que lo viese y el perro no quería irse de mi lado. Es que no es por nada, pero aquí los perros están muy bien, les cojo mucho cariño y los cuido como si fueran míos". A Travieso, uno de los que cuida, lo abandonaron y cuando llegó a la perrera estaba triste y apenas corría y Pepe se enamoró de él de inmediato. "Necesitábamos un perro centinela que me acompañase y guardase la perrera y me pareció que Travieso era ideal. Me hace mucha compañía". El perro no es ni la sombra de lo que era, tiene mucha energía y está sano.