ACN Press
El Presidente de la Asociación de Empresarios de Madera y Corcho de Las Palmas (AEMACO), Antonio Nicolás Santiago, ha señalado que las políticas de asociación, agrupación empresarial y regionalización son "fundamentales" para el futuro del sector maderero. Según Santiago, el sector en las islas "tiene el reto de salir a los mercados exteriores, para aumentar su cartera de pedidos y para disfrutar de una posición más competitiva en cuanto a precio y variedad de productos".
En esta misma línea, para la Cámara de Comercio de Las Palmas, la estrategia de regionalización se presenta, en la actualidad, como una herramienta de primera magnitud que permite a la micropyme maderera enfrentarse a mercados de mayor dimensión, con reducción de costes de producción, un claro efecto de escala y un previsible aumento de sus ingresos.
El Presidente de AEMACO recalca que el sector de la madera atraviesa un momento "difícil" debido a la crisis económica y al avance de sustitutivos, como el aluminio. Desde el año 2000, este grupo ha ido perdiendo peso sobre el total de la industria en Canarias y, además, hay un menor uso de la madera en la construcción, lo que ha abaratado los productos.
"Se espera una fuerte caída del sector para 2009, y una, algo más atenuada, para 2010, porque en estos años caerá el PIB de la construcción y el PIB canario. Además, el handicap de la falta de materia prima en las islas, la fragmentación y la limitación del territorio hacen que el sector sea poco competitivo", añade.
Además, insiste en que, con el fin de hacer a estas empresas más competitivas, la política estratégica de la micropyme debe desarrollarse en torno a la calidad, la innovación, la continua renovación tecnológica, el comercio electrónico y las TIC.
Desde finales de los años 90 se viene produciendo un paulatino cierre de negocios dedicados a la madera, un proceso acelerado por la crisis, especialmente la crediticia, que ha dejado sin liquidez a la gran mayoría de las microempresas. En este sentido, la Comisión de Madera y Corcho de la Cámara de Comercio de Las Palmas y AEMACO tienen en marcha varios proyectos, entre ellos, "estamos a la espera de la creación y puesta en marcha del clúster de la madera en Canarias, siempre y cuando busque la diferenciación y el aporte de conocimiento más que la competencia en costes", subraya Antonio Nicolás Santiago.
Según AEMACO y la Cámara de Las Palmas, el sector de la madera y corcho es consciente de la debilidad que supone depender de proveedores y el riesgo que implica trabajar en un mercado cuyo principal cliente, directa o indirectamente, es el sector de la construcción. "Por eso, un clúster maderero reduciría costes de producción y facilitaría el comportamiento conjunto de la industria, que tanto ha sufrido en el pasado las subidas de precios de las materias primas", añadió Antonio Nicolás Santiago, al tiempo que señaló que éste es uno de los principales objetivos que debería plantearse el sector de la madera en Canarias.
El peso del sector de la madera y corcho en la economía canaria es muy significativo, ya que el 10% de los negocios canarios pertenece a este sector, mientras que la fabricación de muebles, por su parte, alcanza el 9% del total de las empresas industriales de Canarias. Según el INE, en 2008 Canarias registra 630 empresas pertenecientes al sector de la madera y corcho, es decir, un 4% del total español, situándose así en el noveno puesto nacional. Por provincias, el 45% de ellas se encuentran en Las Palmas.
Los principales inconvenientes a los que hace frente el sector son la falta de materia prima local, la ausencia de mano de obra cualificada, la escasa tecnificación y organización de las empresas, la dificultad de acceso a la financiación, la insularidad (que grava altamente los productos con los costes de transporte), y la incapacidad para trascender del ámbito insular y expandirse a áreas continentales, tanto africanas como europeas.
En cuanto a la contratación privada, Antonio Nicolás Santiago señala que, si el volumen de negocio es grande, se suele contar con empresas peninsulares o extranjeras, "otro problema más al que debe enfrentarse el sector de la madera y el corcho en las islas", matiza, al tiempo que hace hincapié en que, en Gran Canaria, las empresas pertenecientes al sector de la madera deberían contar con una política financiera que equilibre el flujo de caja a través de las condiciones de cobro y pago, crezca a través de la autofinanciación y sea capaz de competir en los nichos menos estandarizados e industrializados, donde el capital intelectual prime sobre el de bienes.
Según un estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Las Palmas, la empresa media maderera canaria es una microempresa, formada por entre 1 y 4 trabajadores, con una cifra de ventas situada entre los 450.000 y los 500.000 euros anules, con cifras de rentabilidad bastante reducidas, del orden del 3% sobre el total de las ventas. Su gasto de personal representaría cerca del 30%, y los gastos de consumo, alrededor del 60%. Además, desarrolla una política muy reducida de inversiones y se enfrenta a mercados de carácter fundamentalmente local.
Prácticamente, el 52% de la industria maderera de la provincia oriental se ubica en los municipios de Las Palmas de Gran Canaria (35%) y Telde (17%). Además, el peso que representa el Polígono Industrial de Arinaga, se evidencia en el número de registros que corresponden a Agüimes, con un 9% del total provincial, el tercero en el ranking.
De acuerdo con el censo de la Cámara de Las Palmas, en la provincia oriental, un 48% de las empresas que operan en este sector, pertenecen a la carpintería y cerrajería, un 24% a la fabricación de mobiliario de madera para el hogar, un 15% a la fabricación en serie de piezas de carpintería parquet y estructuras de madera para la construcción, y un 6% a actividades anexas a la industria del mueble.
El 95% de las ventas efectuadas en las islas se quedan en Canarias, y el 5% restante, se destina al resto del país, es decir, que el principal cliente de la madera en Canarias es la propia industria regional. En relación a los clientes, los productos de la madera y sus manufacturas van destinados principalmente al sector de la construcción (77%), y a los de la fabricación y reciclaje de otros productos manufacturados. El sector es, para sí mismo, el segundo cliente en importancia, con un 14% del mercado.
En esta misma línea, para la Cámara de Comercio de Las Palmas, la estrategia de regionalización se presenta, en la actualidad, como una herramienta de primera magnitud que permite a la micropyme maderera enfrentarse a mercados de mayor dimensión, con reducción de costes de producción, un claro efecto de escala y un previsible aumento de sus ingresos.
El Presidente de AEMACO recalca que el sector de la madera atraviesa un momento "difícil" debido a la crisis económica y al avance de sustitutivos, como el aluminio. Desde el año 2000, este grupo ha ido perdiendo peso sobre el total de la industria en Canarias y, además, hay un menor uso de la madera en la construcción, lo que ha abaratado los productos.
"Se espera una fuerte caída del sector para 2009, y una, algo más atenuada, para 2010, porque en estos años caerá el PIB de la construcción y el PIB canario. Además, el handicap de la falta de materia prima en las islas, la fragmentación y la limitación del territorio hacen que el sector sea poco competitivo", añade.
Además, insiste en que, con el fin de hacer a estas empresas más competitivas, la política estratégica de la micropyme debe desarrollarse en torno a la calidad, la innovación, la continua renovación tecnológica, el comercio electrónico y las TIC.
Desde finales de los años 90 se viene produciendo un paulatino cierre de negocios dedicados a la madera, un proceso acelerado por la crisis, especialmente la crediticia, que ha dejado sin liquidez a la gran mayoría de las microempresas. En este sentido, la Comisión de Madera y Corcho de la Cámara de Comercio de Las Palmas y AEMACO tienen en marcha varios proyectos, entre ellos, "estamos a la espera de la creación y puesta en marcha del clúster de la madera en Canarias, siempre y cuando busque la diferenciación y el aporte de conocimiento más que la competencia en costes", subraya Antonio Nicolás Santiago.
Según AEMACO y la Cámara de Las Palmas, el sector de la madera y corcho es consciente de la debilidad que supone depender de proveedores y el riesgo que implica trabajar en un mercado cuyo principal cliente, directa o indirectamente, es el sector de la construcción. "Por eso, un clúster maderero reduciría costes de producción y facilitaría el comportamiento conjunto de la industria, que tanto ha sufrido en el pasado las subidas de precios de las materias primas", añadió Antonio Nicolás Santiago, al tiempo que señaló que éste es uno de los principales objetivos que debería plantearse el sector de la madera en Canarias.
El peso del sector de la madera y corcho en la economía canaria es muy significativo, ya que el 10% de los negocios canarios pertenece a este sector, mientras que la fabricación de muebles, por su parte, alcanza el 9% del total de las empresas industriales de Canarias. Según el INE, en 2008 Canarias registra 630 empresas pertenecientes al sector de la madera y corcho, es decir, un 4% del total español, situándose así en el noveno puesto nacional. Por provincias, el 45% de ellas se encuentran en Las Palmas.
Los principales inconvenientes a los que hace frente el sector son la falta de materia prima local, la ausencia de mano de obra cualificada, la escasa tecnificación y organización de las empresas, la dificultad de acceso a la financiación, la insularidad (que grava altamente los productos con los costes de transporte), y la incapacidad para trascender del ámbito insular y expandirse a áreas continentales, tanto africanas como europeas.
En cuanto a la contratación privada, Antonio Nicolás Santiago señala que, si el volumen de negocio es grande, se suele contar con empresas peninsulares o extranjeras, "otro problema más al que debe enfrentarse el sector de la madera y el corcho en las islas", matiza, al tiempo que hace hincapié en que, en Gran Canaria, las empresas pertenecientes al sector de la madera deberían contar con una política financiera que equilibre el flujo de caja a través de las condiciones de cobro y pago, crezca a través de la autofinanciación y sea capaz de competir en los nichos menos estandarizados e industrializados, donde el capital intelectual prime sobre el de bienes.
Según un estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Las Palmas, la empresa media maderera canaria es una microempresa, formada por entre 1 y 4 trabajadores, con una cifra de ventas situada entre los 450.000 y los 500.000 euros anules, con cifras de rentabilidad bastante reducidas, del orden del 3% sobre el total de las ventas. Su gasto de personal representaría cerca del 30%, y los gastos de consumo, alrededor del 60%. Además, desarrolla una política muy reducida de inversiones y se enfrenta a mercados de carácter fundamentalmente local.
Prácticamente, el 52% de la industria maderera de la provincia oriental se ubica en los municipios de Las Palmas de Gran Canaria (35%) y Telde (17%). Además, el peso que representa el Polígono Industrial de Arinaga, se evidencia en el número de registros que corresponden a Agüimes, con un 9% del total provincial, el tercero en el ranking.
De acuerdo con el censo de la Cámara de Las Palmas, en la provincia oriental, un 48% de las empresas que operan en este sector, pertenecen a la carpintería y cerrajería, un 24% a la fabricación de mobiliario de madera para el hogar, un 15% a la fabricación en serie de piezas de carpintería parquet y estructuras de madera para la construcción, y un 6% a actividades anexas a la industria del mueble.
El 95% de las ventas efectuadas en las islas se quedan en Canarias, y el 5% restante, se destina al resto del país, es decir, que el principal cliente de la madera en Canarias es la propia industria regional. En relación a los clientes, los productos de la madera y sus manufacturas van destinados principalmente al sector de la construcción (77%), y a los de la fabricación y reciclaje de otros productos manufacturados. El sector es, para sí mismo, el segundo cliente en importancia, con un 14% del mercado.
Fotografía: Almacén de una carpintería de madera, en una nave del Polígono Industrial de Arinaga