El hoy espacio natural protegido del Barranco de Guayadeque, representa en la actualidad una de las reliquias mejor conservadas geológicamente, a nivel del archipiélago canario. Guayadeque es famosa por sus riquezas paisajísticas y panorámicas, sus múltiples contrastes magmáticos y coladas volcánicas de diversos y variados colores, sus ricos pastos, su flora y fauna, gracias a las riquezas de sus aguas de galerías y manantiales desde su nacimiento al borde del cono volcánico de la Caldera de los Marteles hasta su desembocadura en el litoral costero de laya del Burrero, dividiendo a los municipios de Agüimes e Ingenio.
En el barranco de Guayadeque hubo un importante asentamiento de nuestros antepasados aborígenes canarios, así como numerosas necrópolis a través de sus cientos de cuevas, ocupando un lugar destacado en nuestra maltrecha bibliografía arqueológica de Gran Canaria. El escaso interés mostrado en su día por el Patrimonio Arqueológico Provincial, el expolio, el desconocimiento y la ignorancia, hicieron que se destruyera y se saqueara la mayor parte de nuestra prehistoria aborigen, siendo el Museo Canario, poseedor de numerosos restos encontrados en este grandioso valle del Barranco de Guayadeque.
Los millares de visitantes que se desplazan a este lugar (ya se acerca al medio millón de visitantes anual), quedan maravillado ante tanta belleza que ofrece este paraíso de variada vegetación que comienza desde la zona del puente del Carrizal, Montaña de Agüimes, Puente de Agüímes, siguiendo hacia el Museo de Sitio (lugar que acoge un centro de interpretación e historia natural y aborigen de Guayadeque), prosigue hacia Cueva Bermeja con su ermita y numerosas cuevas viviendas estilo trogloditas, así como varios restaurantes, destacando el Centro (poseedor de un premio insular al mejor cochino asado y su exquisito ali-oli), y desde allí, a través de una grandiosa vegetación, se llega a Montaña las Tierras (impresionante roca basalto volcánica de la variedad bermejo rojizo), donde hay varios restaurante, destacando Tagoror, con sus impresionantes y profundas cuevas que ofrece al visitante su típica cocina canaria e internacional, donde don Bartolomé Rodríguez es poseedor de la Gran Medalla de Plata al Mérito Turistico-Gastronómico Nacional.
En el barranco de Guayadeque hubo un importante asentamiento de nuestros antepasados aborígenes canarios, así como numerosas necrópolis a través de sus cientos de cuevas, ocupando un lugar destacado en nuestra maltrecha bibliografía arqueológica de Gran Canaria. El escaso interés mostrado en su día por el Patrimonio Arqueológico Provincial, el expolio, el desconocimiento y la ignorancia, hicieron que se destruyera y se saqueara la mayor parte de nuestra prehistoria aborigen, siendo el Museo Canario, poseedor de numerosos restos encontrados en este grandioso valle del Barranco de Guayadeque.
Los millares de visitantes que se desplazan a este lugar (ya se acerca al medio millón de visitantes anual), quedan maravillado ante tanta belleza que ofrece este paraíso de variada vegetación que comienza desde la zona del puente del Carrizal, Montaña de Agüimes, Puente de Agüímes, siguiendo hacia el Museo de Sitio (lugar que acoge un centro de interpretación e historia natural y aborigen de Guayadeque), prosigue hacia Cueva Bermeja con su ermita y numerosas cuevas viviendas estilo trogloditas, así como varios restaurantes, destacando el Centro (poseedor de un premio insular al mejor cochino asado y su exquisito ali-oli), y desde allí, a través de una grandiosa vegetación, se llega a Montaña las Tierras (impresionante roca basalto volcánica de la variedad bermejo rojizo), donde hay varios restaurante, destacando Tagoror, con sus impresionantes y profundas cuevas que ofrece al visitante su típica cocina canaria e internacional, donde don Bartolomé Rodríguez es poseedor de la Gran Medalla de Plata al Mérito Turistico-Gastronómico Nacional.
En este lugar se encuentra rehabilitadas varias cuevas para turismo rural (acordes al medio ambiente de la zona) para su futura ocupación ante las numerosas demandas de turistas nórdicos y europeos que gusta disfrutar de la naturaleza que ofrece el barranco y sus impresionantes montañas. Desde Montaña Las Tierras se prosigue hacia Lereta y otros pequeños núcleos de población, vía al barrio de Cazadores (Telde). Los turistas e isleños, en el recorrido de unos ocho kilómetros de longitud, pueden apreciar las constantes variaciones lávicas, sus abruptos desfiladeros, caideros de agua y grandes masas rocosas con diversas formas caprichosas, cuyas alturas se acercan a los 500 metros desde la base del barranco.
El Barranco de Guayadeque tuvo su periodo volcánico en tres fases magmáticas, al igual de las que formaron simultáneamente por separados, la formación de la isla de Gran Canaria. La creatividad y el contraste de las paredes volcánicas han sorprendido a geólogos e historiadores como un hecho sin precedente ante sus peculiaridades características volcánicas. La misma tuvo sus inicios en el Mioceno Medio (hace unos catorce millones de años), siendo la segunda fase en las coladas volcánicas en el Plioceno (entre tres y cinco millones de años). La tercera y última fase, fue en el periodo Cuaternario (un millón de años, hasta nuestros días).
Dentro de las numerosas y curiosas formaciones magmáticas, llama poderosamente la atención, a los amantes de nuestra geología, el llamado Cuchillón, o una especie enigmática de pared de lava volcánica, que comienza en el Oeste del barranco de Guayadeque (cercano a la famosa Montaña Las Tierras), en el lugar conocido como Cueva Domingo (Ingenio) y, siguiendo hacia el Sureste, termina en Barranco Hondo, cercano al barrio de Temisas (Agüimes), con un recorrido de varios kilómetros.
El Barranco de Guayadeque tuvo su periodo volcánico en tres fases magmáticas, al igual de las que formaron simultáneamente por separados, la formación de la isla de Gran Canaria. La creatividad y el contraste de las paredes volcánicas han sorprendido a geólogos e historiadores como un hecho sin precedente ante sus peculiaridades características volcánicas. La misma tuvo sus inicios en el Mioceno Medio (hace unos catorce millones de años), siendo la segunda fase en las coladas volcánicas en el Plioceno (entre tres y cinco millones de años). La tercera y última fase, fue en el periodo Cuaternario (un millón de años, hasta nuestros días).
Dentro de las numerosas y curiosas formaciones magmáticas, llama poderosamente la atención, a los amantes de nuestra geología, el llamado Cuchillón, o una especie enigmática de pared de lava volcánica, que comienza en el Oeste del barranco de Guayadeque (cercano a la famosa Montaña Las Tierras), en el lugar conocido como Cueva Domingo (Ingenio) y, siguiendo hacia el Sureste, termina en Barranco Hondo, cercano al barrio de Temisas (Agüimes), con un recorrido de varios kilómetros.
Según los expertos en geología, no se explica el cómo esta débil pared volcánica, cuya altura oscila entre cinco y los veinte metros y de tres a seis metros de anchura, con varios millones de años de antigüedad, haya sobrevivido sin caerse hasta nuestros días.
Recientemente, una cadena de TV alemana filmó en el barranco de Guayadeque un documental, quedando gratamente sorprendido por las maravillas geológicas-volcánicas de las múltiples paredes de su altiplanicie absolutamente volcánico. Asimismo, hace varios años, un equipo de geólogos de la Unión Europea visitaron este barranco, quedándose maravillados ante este tesoro magmático, y donde recogieron buenas informaciones para los estudios geológicos de las diversas formaciones volcánicas de nuestro planeta, ya que el mundo de la geología es aún poco conocido y queda mucho por estudiar.
*Antonio Estupiñán es ex-decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria.
*Antonio Estupiñán es ex-decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria.