Juan Díaz*
En el largo recorrido de vuelta de Chicago (EE.UU.), me he parado a pensar en el dicho popular de que "nadie es profeta en su tierra". Digo esto, porque ha tenido que ser un organismo internacional como el de Naciones Unidas, allá en Chicago, en el país en el que Obama capea el temporal de la crisis, el que ha premiado el esfuerzo de los vecinos de Santa Lucía, Agüimes e Ingenio. Esfuerzo que se remonta desde los años 80, tras la constitución de la Mancomunidad del Sureste, germen de partida para un cambio de cultura, especialmente en todo lo relacionado con la participación de los ciudadanos y el aprovechamiento de los recursos naturales y por ende de la protección de nuestro medio ambiente.
Reconozco que tengo un sabor agridulce. Por un lado me siento contento y orgulloso de que mi pueblo y mi Comarca hayan obtenido el tercer premio en un certamen en el que el nivel de todos los municipios y comarcas del mundo era muy alto, máxime cuando nos hemos situado por encima, en calidad de vida, de pueblos del norte, cuya calidad de vida es incuestionable; y por el otro, que este trabajo de esfuerzo, ilusión, imaginación e innovación, no sea recompensado por las administraciones supramunicipales. El nivel de vida que hemos alcanzado era impensable hace algunos años, pero ha sido el empeño de muchas personas el que con mucho sacrificio ha hecho que nuestros vecinos puedan sentirse orgullosos de una comarca que ha dejado atrás un nombre como el triángulo de la miseria, pasando hoy día a denominarse por muchos la milla de oro.
Creo que otro ciclo económico es posible y que este pasa necesariamente por un cambio de nuestra cultura, sin olvidar a la vaca que nos ha estado dando de comer (turismo de sol y playa), pero también aprovechando los recursos naturales que tenemos en nuestro entorno. ¿Cómo se explica que nuestras instituciones no hayan sido adjudicatarias de las explotaciones de parques eólicos y sí empresas privadas que obedecen a sus propios intereses y no el general, como venimos demostrando nosotros y así nos lo reconocen en el exterior? ¿Cómo es posible que la Consejería de Industria no haya resuelto el problema que tienen los productores de energías renovables, para verter esta energía limpia a la red principal y que han supuesto la pérdida de millones de euros de recursos económicos que inicialmente habían sido captado desde la iniciativa privada, y también desde el Estado y de la Unión Europea?
¿No tendremos más vida y medio ambiente si sabemos convivir con ella, en vez de esquilmarla?
Sin embargo, tras bajarme del avión, vuelve la realidad, la lucha política en la que sólo prima el compañerismo, por no decir amiguismo e intereses partidistas. ¿Cómo vamos a salir adelante si lo que se incentiva no es a la región, al municipio, comarca que haga bien las cosas, sino al amigo de tal o cual partido o consejero? De ahí viene mi sabor agridulce, ya que han de ser otros los que nos feliciten por hacer bien las cosas, en lugar de nuestros representantes políticos y públicos en las administraciones supramunicipales otorgándonos una financiación adecuada a las expectativas que hemos ido creando. Nadie puede dejar a un lado que hemos gestado un cambio de cultura, respecto del aprovechamiento de los recursos naturales que en Canarias y en particular en nuestra comarca son muchos y sin embargo por intereses partidistas, espurios y empresariales, no les sacamos el partido que tienen.
A lo mejor esto es pura filosofía, pero que creo que ha llegado el momento de primar a los que hacen bien sus obligaciones, no podemos seguir siendo tratados como el último de la fila. El cambio de la economía canaria pasa por invertir en I+D+I y la administración autonómica prácticamente no sabe lo que es.
*Juan Díaz es Alcalde de Ingenio y Presidente de la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria.