31 de julio de 2011

Opinión: "La inútil tercera pista"

Domingo, 31 de julio.

Juan García Luján*
El sur sigue esperando por un hospital comarcal público, por nuevos juzgados, por centros de salud que acaben con la saturación en las áreas más pobladas. Pero ya ven, siempre les dicen que no hay espacio o no hay dinero. Los alcaldes de Ingenio, Santa Lucía de Tirajana y Aguimes reconocen que el proyecto de la tercera pista del Aeropuerto de Gran Canaria ha paralizado la construcción de parques eólicos y el espacio para la construcción de infraestructuras sanitarias y educativas. Para esas necesidades sociales no hay espacio o no hay dinero. Sí aparece dinero público para una regasificadora o para expropiar a los vecinos de Telde e Ingenio que se verán afectados por la construcción de la tercera pista.
Según el Plan Director de Aena para el Aeropuerto de Gran Canaria, aprobado en septiembre del año 2000, con el aumento de pasajeros para el año 2015 se prevé que lleguen al aeropuerto grancanario 16,9 millones de pasajeros anuales. En esas previsiones, en 2010 tendría que haberse llegado a los 14 millones de pasajeros, sin embargo los datos oficiales de la propia Aena reconocen que el año pasado hubo 9, 4 millones de pasajeros, casi 5 millones menos que la previsión realizada por el ente estatal. Se dirá que influyó la crisis económica y el incremento del precio del petróleo, pero por mucho que salgamos de la crisis, será dificil mantener esa tendencia ascendente hecha en el plan director. Los que no queremos convertir a Gran Canaria en la Singapur de África consideramos una fortuna que no se produzcan las previsiones de crecimiento de AENA.
La construcción de la tercera pista tendrá un impacto muy importante en el territorio. A los 3100 metros de longitud de la pista hay que añadir la construcción de un nuevo parquing de 15.000 metros.Una nueva torre de control, el traslado de los depósitos de combustibles, ampliación del parquing interinsular y de las terminales. Se necesitan 319 hectáreas más (equivalente a 319 campos de fútbol) y se alcanzaría a una superficie global de 660 hectáreas. A esta ocupación hay que añadir las limitaciones legales que exigen todo aeropuerto por razones de seguridad, y que tendrá consecuencias en las viviendas de las zonas cercanas (se gastarán 283 millones de euros en expropiaciones según el plan director), y el freno a la instalación de parques eólicos y de infraestructuras sanitarias que, según han denunciado los alcaldes del sureste, ya ha provocado el proyecto.
Hace unos días el alcalde de Agüimes recordaba las consecuencias negativas del proyecto de la tercera pista. En su artículo Otra pista no es progreso Antonio Morales recordaba que hace apenas 30 años, a los ayuntamientos del Sureste los llamábamos el círculo de la pobreza. La apuesta de los gobiernos municipales de Agüimes, Ingenio y Santa Lucía por un proyecto mancomunado de desarrollo sostenible sacó de la miseria a importantes capas de la población y convirtió el sureste en una referencia de desarrollo económico y respeto al medioambiente. El proyecto de la tercera pista pone freno a la instalación de parques eólicos en la zona y a otros proyectos sociales y sanitarios.
Al rechazo a la tercera pista expresado por los alcaldes del sureste se les responde con una declaración institucional del cabildo o con alguna manifestación del Ministerio de Fomento que habla del "interés general". Pero nunca se pone sobre la mesa un informe que demuestre que el aeropuerto necesita una tercera pista porque se va a colapsar. En una época de recorte de gasto público, de lucha contra el déficit, se le da prioridad a un proyecto que supondrá uno importante coste para el presupuesto público precisamente cuando se está programando la privatización de AENA. El Estado amplia el aeropuerto y luego regala su gestión a las empresas privadas.
También se ignora que ya hay una segunda pista que sólo tiene uso militar. Aquí puede estar una de las claves del empeño del gobierno del Estado. Los planes de la OTAN y de Estados Unidos para el control militar y estratégico del continente africano, que tienen como proyecto central el mando del Africom, hacen necesario que los territorios de la OTAN más cercanos al continente vecino sirvan de plataforma para ese control. Por eso la segunda pista es sagrada, sólo vale para los militares, y conviene tener otra pista alternativa a la civil. Pero de esto nunca se habla en declaraciones institucionales que defienden la inútil tercera pista del aeropuerto de Gran Canaria. Y, como siempre, en política es más importante lo que se calla que lo que se cuenta.
*Juan García Luján es director del programa "El Correíllo" de Canarias Ahora Radio.