"Hoy es un día grande para Agüimes". Así se manifestaba ayer el párroco de Agüimes, don Francisco González, horas antes de que se colocara en el cimborrio de la Iglesia de San Sebastián, la nueva cruz.
Este era, sin duda, un momento esperado por todos los agüimenses después que la anterior, hace ya siete años, se partiera a causa del viento.
La cruz, que corona ya la bella estampa que ofrece la iglesia de Agüimes, mide 2,30 metros de alto y poco más de 1 metro de ancho (50 centímetros cada brazo), y está realizada, según señaló el ingeniero técnico industrial y diseñador de la misma, Isidro Sánchez, en acero inoxidable y pintada en negro al horno.
La instalación se llevó a cabo sobre la antigua base existente en el cimborrio de la iglesia, a la que se le añadió una pretina abrazada con una placa. La base, que sufrió serios desperfectos cuando se partió la antigua cruz, que era de hierro, comenzaba ya a filtrar el agua de lluvia, por lo que fue también necesario repararla, aunque continúa siendo suficientemente consistente para soportar el ligero peso de la cruz.
Sánchez indicó también, en declaraciones a Radio Agüimes Onda Libre, que su peso es inferior al de la antigua cruz, aunque con más cuerpo y mayores dimensiones. Hecha en cuadradillos, permitirá que el aire pase a través de ella y, por lo tanto, ofrecerá menos resistencia a los fuertes vientos que suelen soplar en Agüimes.
Este era, sin duda, un momento esperado por todos los agüimenses después que la anterior, hace ya siete años, se partiera a causa del viento.
La cruz, que corona ya la bella estampa que ofrece la iglesia de Agüimes, mide 2,30 metros de alto y poco más de 1 metro de ancho (50 centímetros cada brazo), y está realizada, según señaló el ingeniero técnico industrial y diseñador de la misma, Isidro Sánchez, en acero inoxidable y pintada en negro al horno.
La instalación se llevó a cabo sobre la antigua base existente en el cimborrio de la iglesia, a la que se le añadió una pretina abrazada con una placa. La base, que sufrió serios desperfectos cuando se partió la antigua cruz, que era de hierro, comenzaba ya a filtrar el agua de lluvia, por lo que fue también necesario repararla, aunque continúa siendo suficientemente consistente para soportar el ligero peso de la cruz.
Sánchez indicó también, en declaraciones a Radio Agüimes Onda Libre, que su peso es inferior al de la antigua cruz, aunque con más cuerpo y mayores dimensiones. Hecha en cuadradillos, permitirá que el aire pase a través de ella y, por lo tanto, ofrecerá menos resistencia a los fuertes vientos que suelen soplar en Agüimes.