No a la reforma laboral.
Porque es una reforma contra las personas en paro, porque la única forma de
crear empleo es con crecimiento económico y esta reforma laboral, en una
espiral suicida, va a generar más paro, menos consumo, más recesión económica,
menos ingresos para la
Administración y menos servicios públicos...
Es una reforma laboral contra la clase trabajadora que
convierte el despido en un recurso fácil, rápido y barato. Se generaliza el
despido libre y gratuito en los nuevos contratos para empresas de menos de 50
trabajadores, la mayoría, y se generaliza el despido con sólo 20 días por año
trabajado con un límite de 12 mensualidades para el resto de las personas,
independientemente de su tipo de contrato y antigüedad. Es una reforma contra
las condiciones de trabajo, ya que salarios, horarios, puestos, movilidad
geográfica y cualquier otra circunstancia laboral dependerá ahora de la voluntad del
empresario, eliminando las opciones de negociación de las plantillas a través de
sus representantes legales.
Es una reforma contra los jóvenes porque no generará
empleo y, por tanto, no servirá para reducir la tasa de desempleo juvenil que
en Canarias ya alcanza el 51%. Es una reforma contra las mujeres porque la
eliminación de derechos y protecciones aumentará las desigualdades
retributivas, la infravaloración y el trabajo en precario.
Es una reforma contra el crecimiento económico y la
cohesión social que generará más paro en Canarias, el territorio del Estado con
mayor nivel de desempleo, y reducirá los salarios de las personas con empleo,
no actuará a favor de la justicia social, contribuirá a
incrementar las desigualdades y el número de personas bajo el umbral de la
pobreza incrementando la situación de alarma social de Canarias.
Es una reforma laboral basada en brutales ajustes
económicos, injustos socialmente, regresivos laboralmente y nacidos únicamente
para satisfacer a unos poderes financieros a los que nadie reconoce como
depositarios de la soberanía democrática, que nos arroja hacia un
presente y un futuro de paro y precariedad con menos servicios públicos y menos
protección social, algo que las organizaciones sindicales, políticas y sociales no estamos dispuestas a aceptar.
Fotografía: Imagen de archivo.
Fotografía: Imagen de archivo.