El hijo de Torres Baena, durante la sesión de ayer (Antena3 Canarias) |
Un hijo del principal acusado del caso kárate dijo ayer ante
la Audiencia de Las Palmas que nunca vio a su padre y a los otros tres
procesados mantener relaciones sexuales con menores, aunque ha admitido
que sí hubo sexo entre alumnos y monitores.
El hijo, identificado como el testigo número 141, y que fue profesor de
danza en el gimnasio de su padre, ha señalado que no le consta que esas
relaciones fueran obligadas o que las parejas las distribuyeran los
acusados.
El testigo número 141 ha indicado que iba con mucha frecuencia al chalé
familiar del barrio agüimense de Vargas, donde los denunciantes aseguran que se producían
abusos sexuales, y que incluso llegó a vivir allí entre los años 2002 y
2005.
El hijo de Torres Baena ha explicado que mantuvo una relación muy
estrecha con varios testigos que han denunciado ser víctimas de abusos
sexuales y que, en su opinión, "mienten porque sienten vergüenza" de
admitir las relaciones que mantuvieron con personas de su mismo sexo.
Según el testigo número 141, con algunos de esos testigos tuvo
"vínculos fuertes" y nunca le contaron nada, ni antes ni después de la
detención de su padre, por lo que ha insistido en que si no "han dado la
cara ante él es porque mienten".
El hijo de Torres Baena ha admitido que mantuvo relaciones sexuales con
varios testigos, pero ha subrayado que "nadie jamás" le dijo que fueran
"forzadas".
Así mismo, ha manifestado que el ambiente del gimnasio no era
"peculiar", pues era similar al de la universidad o al de la escuela de
danza en la que él se formó desde los 6 a los 16 años.
En estos lugares se crean "vínculos muy fuertes" por el contacto
constante y por el hecho de compartir una misma actividad, según ha
explicado el hijo de Torres Baena, quien además ha precisado que en el
gimnasio "no vio nada que sobrepasara esa línea".
Ha dicho también que su progenitor "jamás" impidió que sus alumnos se
relacionaran con personas ajenas al gimnasio, ni les amenazó con
expulsarles si no mantenían sexo con su padre, quien le inculcó una
libertad sexual "selectiva y sana" y carente de "represión".
En la sesión de este lunes también han declarado dos hermanos, vecinos
de Vargas, que han indicado que conocieron a los hijos de Torres Baena y a
alumnos del gimnasio, pero que nunca vieron conductas sexuales
extrañas, si bien han señalado que no pernoctaron en el chalé del
acusado.
Así mismo, un competidor destacado del gimnasio de Torres Baena, el
testigo número 138, ha declarado que sus dos hijos menores también
aprendieron kárate en la academia del acusado y que nunca vio conductas
extrañas en los acusados.
Según el número 138, los testigos denunciantes "mienten" porque se
avergüenzan de haber mantenido relaciones sexuales o se sienten
"presionados" por sus padres.
Además, ha declarado una alumna que estuvo en el gimnasio de Torres
Baena desde los 10 a los 17 años, que ha dicho al tribunal que tampoco
advirtió nada "raro", aunque sí veía que algunos alumnos se saludaban
con un "pico" en la boca.
Esta testigo, identificada con el número 140, ha señalado que solo en
una ocasión Torres Baena la invitó a ir a Vargas, pero no fue porque
"gracias a Dios, tenía unos padres restrictivos".
El juicio continuará durante la jornada de hoy con la declaración de los últimos testigos de la defensa.