Jesús Vega*
Qué cosas. Una expresión que, hasta
ahora ha sido bastante peyorativa pudiera, con el papa Francisco, convertirse
en positiva. En su origen, la expresión “ser más papista que el papa” era más
bien “ser más católico que el papa” y se utilizaba para referirse a una persona
muy estricta que aplica una creencia o una ley con más exigencia que quien la
creó. El nuevo papa Francisco está logrando que los “más papistas” y fanáticos
que existen en todas las instituciones se muerdan un poco la lengua y moderen
sus formas de actuar.
Más papistas que el papa son, por
ejemplo, los que se escandalizan o critican algún estilo pastoral que se sale
de lo que “siempre se ha hecho así”, o los que no conciben que un cura pueda
ejercer también con un trabajo ajeno a la parroquia o tengan un compromiso
social o político. O los que se tiran de los pelos porque alguien celebre la
misa sin casulla o utilice el “ustedes” en vez del vosotros. Más papistas, los
que se sienten molestos porque una mujer presida una celebración de la Palabra
o porque en la misa se rece siempre por todas las intenciones de los feligreses
sin poner coto a si se nombran tres o veinte. Más papistas son quienes ejercen
de controladores de los que no piensan o actúan como ellos. De los hipócritas
que filtran un mosquito (¿Dónde habré leído yo eso?) y sin embargo se tragan un
camello o cumplen las leyes fáciles cotizando tal vez por la hierba luisa y el
hinojo pero descuidando lo esencial de la Ley: la justicia y la misericordia.
Papistas Intransigentes con los creyentes casados por lo civil a quienes no se
permite dar clases de religión ni comulgar y permisivos con amigos profesores
de religión que en clase se burlan de los jóvenes creyentes.
Y no crean que sólo en la Iglesia hay
más papistas que el papa. Ahí tienen a muchos políticos que, por ser fieles a
las ideas de su partido, actúan en contra de la justicia y su propia
conciencia. A policías y jueces que aplican la ley a rajatabla sin tener en
cuenta a la persona como si la ley fuera siempre lo más importante. A colegios
concertados que, a la hora de admitir a un alumno, si es de poco poder
adquisitivo, se le aplica la norma menos ventajosa, la más papista, justo lo
contrario de lo que se permite a los hijos de padres con dinero. Más papistas
que el Papa son muchos ateos progres que acusan a los cristianos de fanáticos y
ellos son los intolerantes a quienes les encanta andar criticando sin
contemplaciones a los creyentes, aunque luego pongan a su hijo a estudiar con los
jesuitas. Y los que niegan cielo, infierno o resurrección sin respeto a los
creyentes y al mismo tiempo mandan a su hijo a catequesis para que hagan la
primera comunión.
Cuando uno empieza a descubrir a un
papa Francisco que sale a la calle a tirar la basura, que celebra la misa
diaria sin papeles ni rollos que nadie entiende, que llama la atención a los
que en la Plaza de San Pedro vocean el nombre del Papa y les dice que eso está
mal, que proclamen el nombre de Jesús pero no el suyo; que habla como habla
todo el mundo, que se quita ropajes innecesarios herencia de épocas imperiales,
que destituye a personajes que han estado utilizando el Vaticano para sus
negocios y sus prebendas y blanquear dinero, que invita a los curas y obispos a
no discriminar a nadie, que habla de no poner leyes pesadas a los demás (Je.
Igualito que dijo Jesús de Nazaret pero esto se nos había olvidado. Claro, han
pasado tantos años…) entonces uno piensa: Qué bueno sería que encontráramos a
personas más papitas…que el papa Francisco. Dispuestos a vivir su vida
cristiana o su militancia social o política con más sencillez, con más
humildad, sin abusos, sin andar siempre mirando la irritación del ojo del
vecino sin caer en la cuenta de que él anda ciego del todo (esto también me suena
de haberlo leído en algún sitio). Qué bueno encontrar personas, me da lo mismo
que sean creyentes o no, capaces de no andar siempre mirando y criticando los
tremendos defectos de los que no piensan como nosotros sin darnos cuenta que de
eso mismo, probablemente, andamos sobrados también nosotros. Pero no crean que
es fácil. Algunos se sienten molestos porque este papa les está haciendo
cambiar el paso o al menos tienen que disimular. Por eso sigue habiendo
quienes, olvidándose del papa actual y, pensando mucho más , tal vez, en Fray
Ambrosio II el Intolerante , son más papistas que… aquel papa. A pesar de todo,
estamos en una época de mucha esperanza. Yo, la verdad, estoy muy contento.
*Jesús Vega es párroco de Cruce de Arinaga y Playa de Arinaga. (www.parroquiasdearinaga.com)