Los protagonistas del espectáculo, en una imagen promocional |
En esta fábula con personajes animales personificados, que data en sus primeras ediciones del siglo XVIII, los tres cerditos buscan un lugar confortable y calentito para vivir como les ha dicho su mamá.
El constructor, que acecha el lugar, convence al lobo para que le ayude a engañar a los protagonistas del cuento y sacar provecho de su inocencia, pero la astucia y el cariño de los tres hermanos dan al traste con las malas intenciones del malvado constructor y construyen una casa que ni los más fuertes soplidos del lobo consiguen destruir.
El Gato Pérez trasforma este cuento en un referente para el teatro de títeres con un espectáculo unipersonal de pequeño formato en el que apuesta por la defensa de los valores como la igualdad, la libertad, la cooperación y la amistad.
El compromiso con los problemas sociales transforma este cuento reflejando, entre otras cosas, la necesidad de los seres de mantener sus necesidades básicas cubiertas, la comida y un espacio digno donde habitar.