El trabajo de los voluntarios fue excepcional desde el primer momento en que se divisó la mancha de fuel en El Cabrón |
El Gobierno sigue investigando
el origen del vertido que contaminó la costa de la Playa de El Cabrón el
pasado 16 de julio, cuando una mancha de chapapote afectó a más de un kilómetro, tanto de tierra como de zona marina. En concreto, se analizan las muestras
recogidas para determinar "con absoluta fiabilidad" el hidrocarburo
que se emitió al mar.
Así figura en la
respuesta del Gobierno a una pregunta escrita del diputado de UPyD Toni Cantó,
quien pidió explicaciones al ejecutivo sobre cómo se había reaccionado tras
aquel vertido en "una zona rocosa de alto valor ecológico" y un
espacio protegido.
"Se trata, concretamente, de uno de los mejores puntos de buceo de Gran Canaria. Su riqueza
es tal que ha sido propuesta para constituir la futura Reserva Marina de
Arinaga, tal como destaca el Patronato de Turismo de Gran Canaria en su
web", exponía Cantó en la pregunta.
El ejecutivo, que
asegura que estuvo en "contacto continuo" con el Gobierno de
Canarias, explica en su respuesta que existe un protocolo de emergencias por
contaminación que actúa sobre dos subsistemas, el marítimo, para vertido sobre
el mar, y el de la costa o Plan Ribera, este último pensado para vertidos que
afectan a más de una autonomía o Estado, o para emergencias de interés
nacional.
Asegura el
Gobierno que estas condiciones no se daban y por eso el Plan Ribera no se activó.
Tampoco el Plan territorial PECMAR, del Gobierno de Canarias. "Se
enfocaron las operaciones de eliminación del hidrocarburo en costa como tareas
de limpieza, no de emergencia, porque no había posibilidad de más llegada de
hidrocarburo a la costa y sólo había un ayuntamiento afectado que, además, disponía
de medios de respuesta".
Para tratar de
determinar el origen del vertido en la Playa de El Cabrón se utilizó un
avión Sasemar 103, dos helicópteros Helimer (de Gran Canaria y de Tenerife),
dos embarcaciones tipo Salvamar, personal de Seguridad e Inspección de Capitanía
Marítima de La Palmas y el Seprona de la Guardia Civil.
La Salvamar Nunki
tomó muestras de la mancha detectada el 16 de julio de 2014 y se las entregó al
Seprona. Además, Salvamento Marítimo hizo análisis para tratar de identificar
la posible fuente de contaminación y el avión EADS-CASA 235-300 hizo vigilancia
los días 19 y 20 de julio. Los días 17, 18 y 22 de ese mes, fue el helicóptero
de Salvamento Marítimo, con base en Las Palmas, quien realizó esa labor.
El ejecutivo añade
en la respuesta a UPyD que este tipo de vertidos en aguas cercanas a Canarias "ha disminuido de manera notable en los últimos años" por la
vigilancia y por el uso de aeronaves especializadas, "que están ofreciendo
un rendimiento altamente satisfactorio".
Por el momento,
concluye, se sigue analizando las muestras tomadas del vertido del día 16 de
julio para "determinar con absoluta fiabilidad el hidrocarburo
vertido" y, cuando se tenga este resultado, "será posible continuar la
investigación".
Toni Cantó
explicaba también en su pregunta que las labores realizadas requirió el trabajo de más
de 100 voluntarios que limpiaron la zona, en la que "todo bicho viviente
alcanzado por la mancha estaba muerto o agonizaba. Según los especialistas, indicó, la mancha pudiera ser de fuel, debido a la limpieza ilegal en alta mar de las
sentinas de algún barco. La Guardia Civil y Capitanía Marítima asumieron
inicialmente las investigaciones y calcularon que se habrían vertido unos 200
litros de fuel, sin descartar ninguna hipótesis, incluida la de las
sentinas", añadía el diputado.
A su juicio, este
vertido pone "en cuestión" el control que el Estado debe ejercer
sobre los buques que pasan por las aguas del archipiélago canario y se suma al
registrado en abril en las otras dos playas del sur de la isla de Gran Canaria,
la del Águila y Castillo del Romeral, en San Bartolomé de Tirajana, "también
afectadas por el fuel".