5 de noviembre de 2014

La joven acusada del asesinato de su novio en Arinaga alega que actuó en legítima defensa

Miércoles, 5 de noviembre.

La joven Arantxa A.M., acusado del asesinato de su
pareja en la Playa de Arinaga (Foto: Canarias7)
Canarias7
La joven acusada de asesinar a su pareja en Arinaga en el verano de 2013, Arantxa A.M., alegó el 15 de julio de 2013 ante la magistrada Virginia Peña que en la noche del crimen (asegura que no recuerda la fecha; según la fiscal, la noche del 21 o 22 de junio de 2013) estaba durmiendo y se despertó con su pareja, Jorge B.P., acostado encima, "intentando penetrarme".
Arantxa A.M., formalmente acusada de asesinato el pasado viernes, aseguró que en aquel momento él ya le había bajado el pantalón y las bragas y que ella se había sentido acosada, preguntándole a él qué hacía. "En ese momento entramos en una discusión muy grande, él no entraba en razón, y siempre tenía un cuchillo en la habitación  porque si yo no le complacía sexualmente me amenazaba", afirmó.
La acusada expuso que, en la discusión, Jorge B.P. le dijo que a dónde iba a ir sin él, "que era un hija de puta y comenzó a dar golpes en la pared con el puño", declaró. Agregó también que tuvo miedo y que se temió que "de allí no iba a salir; lo vi en su cara, en su expresión de ira", recordó.
Arantxa A.M. afirmó que lo único que quería en aquel momento era huir. Indicó que apartó a su novio como pudo (señaló que le olía el aliento a alcohol) y que en el momento en el que que escuchó que iba a por el cuchillo "que tenía entre la cama y la mesilla", se había levantado y él la había agarrado por detrás, rodeándole el cuello. "Caímos los dos sobre la cama, y si hubiera tenido otra cosa le había dado con ella", relató. "Le quité el cuchillo de la mano y se lo clavé en el pecho".
La homicida confesa añadió que, tras clavarle el cuchillo a su pareja, salió corriendo de la habitación, escuchando como él la llamaba y como caía al suelo. Dijo que estuvo un rato fuera de la vivienda, recobrando el aliento y que, al volver, Jordi B.P. estaba "caído boca arriba en las escaleras". No necesitó tomarle el pulso para saber que estaba muerto, precisó.
Arantxha A.M. explicó que, tras acabar con la vida de su novio, "entró en shock" y, presa del miedo, había decidido bajar el cuerpo al garaje. Dijo que ella sola había tirado del cuerpo escaleras abajo y que metió el cadáver en un edredón y en plásticos en el baño de la dependencia.
Por su parte, la fiscal del caso, Teseida García, cree que la bajada de cuerpo al garaje no fue esa misma noche y entiende que, para moverlo, la acusada contó con la ayuda de una joven con la que había mantenido relaciones sexuales después del crimen y que está imputada como encubridora, pero en libertad provisional actualmente.