Los Serenques, durante la gala celebrada el sábado |
La Murga Afilarmónica Los Serenquenquenes, disfrazada de "Inventor de sonrisas", se presentó los pasados viernes y sábados en el Teatro Auditorio Agüimes, reuniendo a cerca de 1.500 personas, y donde contaron con las actuaciones invitadas de La Trova, Dácil Santana, Attenya, ImPropio y Vocal Siete.
La agrupación, que atesora un palmarés envidiable, con trece primeros premios en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, entre otros, interpretó ante su público cuatro temas cargados de crítica, ironía y buen humor, con ritmos pegadizos, voces armonizadas, letras muy bien hiladas y con gran simpatía, bajo la dirección de Javier Santana.
El primero de ellos, centrado en inventos que presenta la murga, hace una dura crítica al Ministro de Industria, José Manuel Soria, por los sondeo petrolíferos realizados en aguas cercanas a Canarias y muestra una butaca recién inventada para el Estadio Heliodoro Rodríguez López, que causó gran sensación entre los asistentes.
En la segunda canción, los murgueros homenajean a la mujer, para lo que se presentan como embarazados, fruto de uno de sus inventos, y narran las dificultades propias de su estado. Al final, se percatan de que es todo es mucho más difícil de lo que creían al inicio de la canción, e interpretan una sentida letra dedicada a la mujer.
Con "El kimono de Kumbola", la tercera canción, la murga se presenta ataviada con el famoso kimono blanco que se utiliza "para una boda, echar una pesca, limpiar el garaje o podar palmeras..." y con el que vuelven a arremeter contra los peligros de una prospección. En medio de la canción, los componentes de Los Serenques se desprenden del kimono y se quedan como la tribu a la que hace unos años encarnaron para lanzar algunas reflexiones en torno al ébola y la situación actual que se vive en África.
En su última canción, titulada "Serenque Park", con un vestuario muy colorido, la murga presenta el acuario que se va a construir en Las Palmas de Gran Canaria con todas sus especies, desde la sama roquera o el erizo, hasta las mantas y las chopas, entre otras.