Jesús Vega*
Mientras escribo mi diario estoy escuchando música. Lo hago siempre. Con la música, con las canciones, expresamos los sentimientos más profundos: amor, amistad, fe, alegría, pena. A veces, cuando me pongo a cantar espontáneamente al levantarme o durante el día, creo que nos pasa a todos, estamos manifestando, sin pretenderlo, nuestro estado de ánimo.
El sábado, cuando compartimos la oración por Mariola (fallecida recientemente), Octavio empezó a cantar "en mi debilidad me haces fuerte, solo en tu amor, Señor, me hacer fuerte". En ese momento nos sobrecogimos porque sabíamos que la fortaleza de Mariola en este último año. La fortaleza que le venía de Dios.
Las canciones se elegen para cada ocasión. Durante el tiempo que compartí con Mariola el programa de Radio Agüimes Onda Libre "La plaza de la Iglesia", fue ella la que me habló de una cantautora que yo no conocía, Salomé Arricibita. Y más en concreto, de una canción que entonces empezamos a poner todas las semanas: "Dime cómo ser pan".
Es toda una oración para una persona sencilla que quiere darse a los demás: "dime cómo ser pan, cómo ser alimento que sacia por dentro, que trae la paz. Dime cómo acercarme a quien no tiene aliento, a quien cree que es cuento el reír, el amar. Dime cómo ser pan que cura la injusticia que crea libertad. Tú que haces de mí tu reflejo, tú que abrazas mi debilidad, tú que sacias mi hambre cuando vuelvo de lejos, dime cómo ser pan".
Descubro con esta canción que algunas personas aparentemente débiles, alimentadas con el pan de la fe en Dios, también se van transformando en pan que alimenta y fortalece. Pienso en Mariola, 44 años, una vida entregada a Dios y a los demás. Un trabajo respetuoso, sereno y humilde en Cáritas; la preocupación y atención constante a su madre enferma; el cariño a la gente, empezando por la familia; la alegría compartida en su vocación religiosa con las Hermanas del Sagrado Corazón.
Cada semana veníamos juntos a la radio. Compartimos mucho. Escuchábamos música, nos poníamos al día de lo que cada uno había vivido durante la semana y, poco a poco, se fue cultivando una amistad que perdura mas allá de la muerte. Me enseñaste a preguntar cómo ser pan. Y Dios me responde: "Mariola es pan. Haz como ella".
*Jesús Vega es Párroco de San José Obrero del Cruce de Arinaga.