 |
| Cartel de la observación pública de la AAGC |
Redacción
El eclipse de luna más largo del siglo, con un total de 102 minutos, lo viviremos esta noche y las propuestas en nuestro municipio para su observación, si bien será visible desde cualquier lugar, se centran en dos puntos, Arinaga y Temisas.
Así, el Museo Canario de Meteoritos, que ha cubierto todas las plazas disponibles, ha convocado desde las 22.00 horas una sesión de observación en Arinaga, al igual que la Asociación Astronómica de Gran Canaria (AAGC), que con la colaboración del Ayuntamiento de Agüimes cita a todas aquellas personas que lo deseen, desde las 20.30 horas, en una velada abierta y gratuita, en la zona conocida como Punta del Negro, a la altura de la calle Colón nº 1, en la que podrán disponer de todos los medios de observación, tales como telescopios y prismáticos.
Por otra parte, y también con todas las plazas disponibles agotadas desde hace algunas semanas, el Observatorio Astronómico de Temisas llevará a cabo de 21.30 a 00.00 horas la actividad denominada "La Noche Roja", que incluye proyecciones al aire libre coordinadas por los astrónomos monitores del centro y la observación del eclipse desde el telescopio central, en la cúpula del observatorio.
Este eclipse total de luna será visible desde las 20.24 horas, con la luna aún bajo el horizonte, según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), y tendrá una duración de casi cuatro horas, el más largo del siglo XXI, y coincidiendo con la fase de luna llena.
Durante una hora y cuarenta y tres minutos, la fase total del mismo, el satélite natural de la Tierra adquirirá un color rojo, conocido popularmente como "luna de sangre", que emergerá en España totalmente eclipsada, salvo en las Islas Baleares y la mitad oriental de la península, donde podría ser posible observarla antes del inicio de la fase total.
La luna, que tendrá una elevación bastante baja, se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo debido a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de nuestro planeta y cae sobre la superficie de la luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda corta (en colores como verde o azul), por lo que queda la longitud de onda más larga, el extremo más rojo del espectro.
A diferencia de los eclipses solares, para observar los eclipses de luna no es necesario disponer de ningún equipo especial, pudiendo ser vistos con seguridad directamente a simple vista o con telescopios o prismáticos, aunque siempre se recomienda alejarse de zonas contaminadas como ciudades o edificios que oculten el horizonte en dirección este.
