Roque Aguayro, la agrupación de electores que gobierna el Ayuntamiento de la Villa de Agüimes desde las primeras elecciones democráticas de 1979, se encuentra inmersa en estos días en la celebración del 40 aniversario de su nacimiento. Me llena de emoción celebrar el cuadragésimo cumpleaños de un proyecto de trabajo compartido que nació de la profunda rebeldía contra una situación de carencia de libertades y de penurias socioeconómicas.
Agüimes jugó un papel importante en la historia de Canarias tanto cuando la habitaron los antiguos canarios como tras la llegada de los primeros españoles. En el andar de los siglos nuestra Villa ha vivido momentos de esplendor pero también etapas de profundas crisis sociales y económicas. La segunda mitad del siglo XX fue una época muy dura para nuestro municipio. Las guerras mundiales y la Guerra Civil española condicionaron el modo de vida de unos hombres y mujeres que vivían fundamentalmente de lo que daba la tierra. Al principio de los años cincuenta del siglo pasado muchas familias venidas de distintos lugares de Gran Canaria, y también de otras islas, se fueron asentando en la zona de costa atraídas por el cultivo del tomate que se expandía en nuestra comarca. Lo hacían en chozas, cuarterías o en hogares humildes que iban construyendo poco a poco, a lomos de la precariedad, en distintos asentamientos rurales que fueron dando lugar a poblaciones sin ningún tipo de equipamientos. Sin las infraestructuras básicas necesarias para garantizar una vida digna. Sin espacios para la educación o la atención sanitaria…Y soportaban además las limitaciones que imponía una dictadura que condicionaba las libertades públicas y la capacidad de luchar para hacer posible otra realidad que combatiera las carencias.
Surgió así un movimiento vecinal, en paralelo a un movimiento juvenil, que terminó confluyendo para hacer posible una acción transformadora conjunta que permitió romper el yugo de una situación insoportable. La pobreza, la ausencia de equipamientos, de agua domiciliaria, de alumbrado público, de saneamiento de aceras y de calles asfaltadas o las ansias de libertades y de recuperación de derechos sociales, fueron conformando una plataforma ciudadana en los últimos años de la dictadura de Franco que tomó la decisión de participar en las instituciones en las primeras elecciones democráticas. Era, en su mayoría, gente joven que no quería repetir la historia de sus mayores, que consideraba que el mejor tributo que les podían rendir era tomar las riendas de su pueblo, de su vida, de su futuro…
Nació así Roque Aguayro. Quería tener presencia en el ayuntamiento para hacer oír su voz en los plenos municipales. Pero los vecinos y vecinas de Agüimes quisieron que fuera más allá. Intuyeron que era el momento para hacer oír sus voces, efectivamente, pero también para hacer realidad sus anhelos. Y lo hicieron realidad. Contagiaron el entusiasmo y la energía. El voto popular dio la mayoría a Roque Aguayro en aquella ocasión y ha seguido dándole la mayoría absoluta durante las últimas cuatro décadas.
Así la primera tarea que afrontamos fue la de hacer un municipio abierto, transparente, plural, participativo; hacer posible, desde la conjunción de esfuerzos, la construcción de un municipio moderno, de progreso, desarrollado, libre, feliz, orgulloso de sí mismo y autosuficiente. Nos tocó vivir un momento emocionante que supimos aprovechar para romper ataduras y para situar a Agüimes en el mapa del reconocimiento, del apoyo, del respeto… Recogimos el testigo de los que durante décadas y décadas, pelearon contra las duras condiciones de un territorio asolado por el viento y por el sol y contra los que tenían abandonado a este pueblo desde fuera. Y también desde dentro, cuando se hacía uso del centralismo más injusto para marginar a los barrios y a su gente, a los que se trataba como ciudadanos de segunda.
Nos inspiramos en el trabajo de tantas generaciones que lucharon de sol a sol para quebrar las injusticias y pelear contra los elementos naturales adversos para sacar a sus familias adelante. Lo he dicho en otras ocasiones, pero ellos (nuestros agricultores y ganaderos, nuestros pescadores, los trabajadores y trabajadoras del tomate, los trabajadores de la cal, de la sal y de los pozos, de la construcción, el pequeño comercio…), todos ellos, fueron la fuente primera de inspiración de un movimiento cultural, social y político, que se creó precisamente para luchar contra las injusticias, para defender un municipio equilibrado, un municipio más justo, más igualitario.
Galopando a lomos de ese compromiso hemos llegado hasta aquí. Navegando con la mayor de las ilusiones, viento en popa, seguimos forjando un futuro mejor para nuestro municipio, desde la certeza de que compartimos ganas y esfuerzos con toda la ciudadanía.
Ha sido dura, han intentado y siguen intentando hacernos daño, pero también ha sido fructífera la lucha. Donde no había nada, absolutamente nada, hoy tenemos equipamientos, servicios e infraestructuras de primer orden, muy por encima de la media de Canarias. Tenemos absolutamente claro que el bienestar individual y colectivo de los hombres y mujeres de una comunidad depende cada vez más de la capacidad de servicio y de la capacidad de gestionar servicios y recursos desde la cercanía a los vecinos. Los problemas de la gente requieren políticas pensadas y gestionadas desde la proximidad, con mecanismos y estilos de gobierno y de gestión participativos. Se tiene que trabajar cada día mirando a la gente a los ojos. Somos nosotros los que decidimos, sin que nadie nos imponga qué pueblo queremos, qué iniciativas públicas debemos desarrollar y cuál es la relación que pretendemos con los interlocutores sociales.
Nuestro proyecto de trabajo, propio y singular, nos lleva a abordar las necesidades desde planteamientos globales e integrales que han ido evolucionando en función del discurrir de la historia y de los movimientos sociales, económicos o medioambientales…Nuestro trabajo, transversal, integrador, participativo, ha sido también en muchas ocasiones vanguardia de propuestas sociales, comunitarias, económicas o medioambientales. Hoy algunas organizaciones parecen haberlo inventado y lo llaman nueva política.
Roque Aguayro ennoblece la política. Hemos intentado siempre que ese viejo lema de Honradez, Preparación y Trabajo esté presente en cada una de nuestras acciones. Jamás nos han podido acusar de nada que no fuera defender el interés general. Hemos conseguido que el sentimiento de orgullo por lo logrado, por el trabajo compartido, se haya convertido también en orgullo de pertenencia a un municipio que ha sabido abrir nuevas sendas por las que avanzar para procurar la mejora de las condiciones de vida de sus vecinos y vecinas.
Y es especialmente importante el apoyo de nuestra gente, el de cada día, el de estos días de celebración. No hablo solo de las 10 mayorías absolutas y rotundas. Nunca nos hemos sentido solos, ni remando contracorriente, ni traicionando el mandato que recibimos. Y es justo que en celebraciones como esta recordemos a tantas personas queridas que hoy no pueden estar con nosotros celebrándolo. Nos han dejado pero están siempre presentes. Estarán siempre presentes. Han dedicado parte de su vida a los demás y hoy se lo reconocemos y lo aplaudimos…
Nunca se imaginó Roque Aguayro en aquellos primeros momentos que uno de sus miembros estaría años más tarde desempeñando la presidencia del Cabildo de Gran Canaria. Es el momento también para reconocer que ha sido posible gracias a Nueva Canarias, conformada por gente muy cercana con la que hemos transitado por esta historia durante todos estos años, desde aquella primera Asamblea de Vecinos.
Pero no todo está hecho. Tenemos que seguir defendiendo con uñas y dientes los logros alcanzados. Estamos viviendo momentos peligrosos para la democracia. Para los derechos sociales y laborales. Para las libertades alcanzadas. No podemos bajar la guardia ni renunciar a transmitir la historia vivida, lo conseguido y, sobre todo, el ánimo a no conformarnos con la realidad que nos pretenden imponer. No podemos desertar de la defensa de lo logrado y que ha sido fruto de un gran esfuerzo colectivo. Nuestros jóvenes tienen que conocer esta historia. Que lo que hoy disfrutamos no nos lo han regalado. Nuestros jóvenes tienen que saber que venciendo al miedo y las dificultades se puede conseguir cambiar la historia.
Después de 40 años le pido a la vida que a Roque Aguayro le acompañen siempre los ideales con los que nació y que siga defendiendo siempre la dignidad, la justicia social y el bienestar de los hombres y mujeres de esta Villa. Y que esta lucha se haga extensiva a nuestra isla, al archipiélago, al mundo. Larga vida para Roque Aguayro.
*Antonio Morales es Presidente del Cabildo de Gran Canaria. (www.antoniomorales-blog.com)