24 de noviembre de 2018

Primera visita a tres de los puntos destacados del patrimonio etnográfico de Arinaga

Sábado, 24 de noviembre.

Restos de los Hornos de la Cal de Arinaga
Redacción
El Cabildo de Gran Canaria celebra hoy la primera de las cuatro visitas guiadas a tres de los espacios más emblemáticos del patrimonio etnográfico de Arinaga, las salinas, los Hornos de Cal de Risco Verde y el faro.
La iniciativa, que volverá a repetirse los días 29 de noviembre y 1 y 5 de diciembre, se enmarca dentro de la política patrimonial impulsada por la Unidad de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria que busca difundir la singularidad de los distintos paisajes culturales de la isla.
Los participantes en la visita, que han completado el cupo de plazas disponibles, podrán conocer el devenir histórico de estos tres puntos del patrimonio etnográfico de Arinaga, en la que hombres y mujeres supieron domar el viento y la aridez del medio para poder aprovechar al máximo sus recursos y, de ellos, no solo obtener un beneficio, sino también el poder transformar, conservar y construir.
Además, en el caso de las salinas, los asistentes podrán adquirir la sal artesanal en el lugar a modo de contribución al sostenimiento de este recurso patrimonial.
En los Hornos de la Cal, que mantuvo una intensa producción, en la que la mayor parte de las casi 4.000 Tm de cal que producía Gran Canaria hacia 1952, procedía de Arinaga, donde decenas de obreros caleros trabajaban a toda hora del día y la noche en esta industria con la finalidad de distribuirla por mar en veleros hacia otros puntos de las islas.
En 1847 trabajaban en Arinaga nuevo caleros, pero la fiebre constructora de mediados del siglo XX provocó la construcción de la primera planta de cemento de Arguineguín, lo que ocasiona la paulativa desaparición de esta actividad extractiva que marcó un importante hito en la historia de la construcción en Canarias.
Por su parte, el faro, cuyas obras fueron encargadas en 1888 al ingeniero Eugenio Suárez, siguiendo un proyecto de Juan de León y Castillo, que concluyó en 1892, poseía una óptica de la casa francesa Barbier Bernard & Turenne.
En el espacio que hoy ocupa el restaurante tenía una planta rectangular y fue construido en sillería y piedra de cantería de Arucas.
Situado en el paraje natural de la Montaña de Arinaga y sujeto a las normas de protección de espacios naturales de Canarias, tiene un estilo clásico, ecléctico y academicista, según los cánones de la época.