Jueves, 12 de junio.
Redacción
El Alcalde de Agüimes y Presidente de Municipalistas Primero Canarias, Óscar Hernández, defendió ayer en el programa "El Espejo Canario" de 7.7 Radio que la escisión respecto a Nueva Canarias no nace del enfrentamiento sino de una demanda colectiva de renovación no atendida, y afirma al respecto que "no son momentos fáciles, pero sí necesarios".
Según detalla, el origen de la fractura reside en una autocrítica ausente y una negativa sistemática de la dirección canarista a asumir los mensajes que se transmitieron en las urnas en las elecciones de 2023.
Hernández, durante la entrevista con Francisco Chavanel, sostiene que la divergencia se ha gestionado con respeto y transparencia, "hablamos directamente con Román Rodríguez, le explicamos la necesidad de dar un paso a un lado y no lo entendió".
Asimismo, asegura que los veintidós cargos electos de la isla que apoyan el nuevo proyecto político no pueden ser desvinculados unilateralmente por uno de los partidos integrantes de la coalición por la que fueron elegidos.
Una figura clave de este proceso ha sido el Alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, a quien han convertido en un "chivo espiatorio" y a quien, "desde el minuto uno, se le señaló cono el mediador al que había de batir", afirma Hernández, que considera también que los ataques revelan una estrategia deliberada de debilitamiento político.
Pese a la fractura, el primer edil agüimense insiste en que el ideario de Municipalistas Primero Canarias se mantiene fiel a sus raíces, "seguimos siendo un partido de izquierda" que busca consolidarse en la isla, incluyendo Las Palmas de Gran Canaria, donde ya se prepara una asamblea con antiguos militantes y nuevos simpatizantes.
Respecto a la figura de Antonio Morales, que ocupa un lugar delicado en el relato de la escisión, Óscar Hernández confirma que mantiene con él una relación de amistad y lealtad absoluta, pero reconoce también "discrepancias profundas" en la forma de abordar la renovación interna del espacio nacionalista.
Subraya que Morales ha optado por mantener un papel institucional durante la crisis, con el respaldo explícito del grupo insular, y "tiene la obligación de cumplir su compromiso con la ciudadanía y evitar que las disputar orgánicas interfieran en su responsabilidad en el gobierno de la isla".
Óscar Hernández, que recuerda durante la entrevista que Antonio Morales asistió a varias asambleas y estuvo informado del proceso en todo momento, marca una diferencia en la implicación de ambos, pues mientras que "yo me he mojado a la hora de trasladar a la organización cada paso dado y en defender públicamente la necesidad de una nueva etapa, él no lo ha hecho tanto".
Sobre la posibilidad de que Antonio Morales se presente de nuevo a las elecciones de 2027, el primer edil agüimense espera que "esa situación no se dé", ya que considera que una doble candidatura en el seno del nacionalismo insular sería un error político con efectos divisivos para el conjunto del proyecto.
Finalmente, cree que Canarias necesita construir un espacio nacionalista cohesionado con voz en Madrid, "con cinco parlamentarios por Gran Canaria, que sería un espacio ideal", e insiste en que el proyecto que impulsa no persigue el poder por sí mismo, sino un instrumento útil para "dar respuesta a los retos sociales y territoriales desde el municipalismo y el nacionalismo progresista".
Según detalla, el origen de la fractura reside en una autocrítica ausente y una negativa sistemática de la dirección canarista a asumir los mensajes que se transmitieron en las urnas en las elecciones de 2023.
Hernández, durante la entrevista con Francisco Chavanel, sostiene que la divergencia se ha gestionado con respeto y transparencia, "hablamos directamente con Román Rodríguez, le explicamos la necesidad de dar un paso a un lado y no lo entendió".
Asimismo, asegura que los veintidós cargos electos de la isla que apoyan el nuevo proyecto político no pueden ser desvinculados unilateralmente por uno de los partidos integrantes de la coalición por la que fueron elegidos.
Una figura clave de este proceso ha sido el Alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, a quien han convertido en un "chivo espiatorio" y a quien, "desde el minuto uno, se le señaló cono el mediador al que había de batir", afirma Hernández, que considera también que los ataques revelan una estrategia deliberada de debilitamiento político.
Pese a la fractura, el primer edil agüimense insiste en que el ideario de Municipalistas Primero Canarias se mantiene fiel a sus raíces, "seguimos siendo un partido de izquierda" que busca consolidarse en la isla, incluyendo Las Palmas de Gran Canaria, donde ya se prepara una asamblea con antiguos militantes y nuevos simpatizantes.
Respecto a la figura de Antonio Morales, que ocupa un lugar delicado en el relato de la escisión, Óscar Hernández confirma que mantiene con él una relación de amistad y lealtad absoluta, pero reconoce también "discrepancias profundas" en la forma de abordar la renovación interna del espacio nacionalista.
Subraya que Morales ha optado por mantener un papel institucional durante la crisis, con el respaldo explícito del grupo insular, y "tiene la obligación de cumplir su compromiso con la ciudadanía y evitar que las disputar orgánicas interfieran en su responsabilidad en el gobierno de la isla".
Óscar Hernández, que recuerda durante la entrevista que Antonio Morales asistió a varias asambleas y estuvo informado del proceso en todo momento, marca una diferencia en la implicación de ambos, pues mientras que "yo me he mojado a la hora de trasladar a la organización cada paso dado y en defender públicamente la necesidad de una nueva etapa, él no lo ha hecho tanto".
Sobre la posibilidad de que Antonio Morales se presente de nuevo a las elecciones de 2027, el primer edil agüimense espera que "esa situación no se dé", ya que considera que una doble candidatura en el seno del nacionalismo insular sería un error político con efectos divisivos para el conjunto del proyecto.
Finalmente, cree que Canarias necesita construir un espacio nacionalista cohesionado con voz en Madrid, "con cinco parlamentarios por Gran Canaria, que sería un espacio ideal", e insiste en que el proyecto que impulsa no persigue el poder por sí mismo, sino un instrumento útil para "dar respuesta a los retos sociales y territoriales desde el municipalismo y el nacionalismo progresista".