Sábado, 17 de octubre.
Canarias7
El Ministerio Fiscal, en su informe final durante el juicio que sentó en el banquillo a un individuo acusado de haber abusado sexualmente de su hija adoptiva en Agüimes desde los ocho a los doce años, insistió que "del resultado de las diligencias de investigación practicadas" y de lo expuesto en la vista oral, había "ausencia de indicios de criminalidad sólidos" contra el procesado.
Además, ratificó que los datos existentes que utilizó la acusación particular para incriminarlo, eran "contradichos de manera contundente por otros en sentido inverso", ofreciendo la menor "interpretaciones no sólo divergentes, sino contradictorias", señaló.
El testimonio ofrecido por la menor en este juicio celebrado ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial, no alcanzó, a juicio del fiscal, "a colmar, ni de lejos", ninguno de los tres requisitos indispensables para elevar una acusación como son la ausencia de incredibilidad subjetiva derivadas de las relaciones entre la menor y el procesado, la verosimilitud de su testimonio y la persistencia en la incriminación, lo que hacía "insostenible fáctica y jurídicamente la decisión de formular la acusación pública" contra el procesado "que no debe ejercitarse sin el apoyo de una prueba sólida, nacida y desarrollada dentro de la más absoluta ortodoxia constitucional y obediente a los principios rectores de la Fiscalía como son «la legalidad e imparcialidad".
Hay que recordar que en este procedimiento, la Fiscalía no acusó al procesado tras una denuncia presentada por la Consejería de Bienestar Social de la Dirección Provincial de Toledo, donde residía por último la menor tras abandonar la isla para vivir con su madre.
Este organismo se basó en los informes recabados por la Unidad de Salud Mental de Talavera, la Unidad de Valoración del Abuso Sexual Infantil y el Equipo técnico de Menores, a los que la joven narró los supuestos abusos sexuales y agresiones que le realizó su padre adoptivo cuando vivían juntos en Gran Canaria.
Pero en este caso, el Ministerio Público, en su informe, detalló "con extrema prudencia y sensibilidad", que del resultado arrojado por las pruebas practicadas, no contó con los indicios suficientes para elevar una acusación en contra del procesado y ofreció numerosos argumentos.
Indicó que la menor sufría una "desestructuración familiar de enorme magnitud" con notoria "ausencia de afección a la figura paterna", un hecho que se manifestó "en el deseo de abandono del hogar y el rechazo a la permanencia en él".
Pese a esa circunstancia, el padre adoptivo, desde el punto de vista legal, debía "ser calificado de intachable y plenamente responsable".
Además, la madre de la menor "no sólo no otorgó credibilidad a la versión de la menor, sino que no podía o no quería hacerse cargo de ella", produciendo constantes cambios de residencia y por lo tanto de "ambientes creadores de auténtico arraigo familiar y afectivo", además de exponer que su hija subía fotos provocativas a las redes sociales a pesar de tener solo 11 años.
Mientras, otros familiares como su hermana, la abuela o los tíos que convivían en la misma casa donde, presuntamente, se produjeron los hechos juzgados, negaron haber detectado nunca ninguna actitud sospechosa o extraña y dijeron que la "niña era muy rebelde", manifestando incluso la hermana que creía que lo que decía "era mentira".
Por su parte, la directora del colegio a donde acudía la menor nunca detectó "problema alguno relevante" como para alertar a los Servicios Sociales.
El fiscal, además, afirmó que advirtió divergencias u omisiones difíciles de explicar, cuando no contradictorias, de las diferentes versiones que ofreció la joven entre la declaración en sede judicial y la plasmada en los informes aportados por la Junta de Castilla-La Mancha.
Entre ellos, destacó el fiscal la "versión y revelación de los hechos tardía, vaga e imprecisa por parte de la menor", pese a haber podido hacerlo con anterioridad en múltiples ocasiones, ya fuera del alcance e influencia tanto física como psíquica de su padre adoptivo.
También desmenuzó que la joven declaró en sede judicial que su padre "en ningún momento intentó penetrarla", mientras que en el informe de los técnicos se hizo constar que dijo "que en una ocasión lo intentó".
También explicó la menor que su hermana les vio una vez y le dijo parecía que estaban follando, hecho que el fiscal advirtió a la Sala fue desmentido por la propia protagonista en el juicio, además, de que la denunciante vinculó el que hubiese intentado suicidarse a los presuntos abusos manifestando que "se iba a suicidar, que no aguantaba más", pero en el informe confesó que "no podía soportar más la situación con mi madre, un día no aguanté más y me intenté ahorcar", detalló.
También se refirió a una fuga del domicilio familiar que protagonizó la joven cuando vivía con su padre, narrando la menor que se iba a quedar con su chico y al regresar forzosamente debido a que el mismo nunca apareció, declaró que mantuvo una conversación con su padre tras la cual, éste "le propinó un puñetazo en la cara", un hecho que el fiscal detalló que la misma no hizo mención cuando fue entrevistada y dio otra versión de los hechos: "Le dijo 'pues te vas con tu madre...' y me mandó sola para acá", contó.
También, el fiscal en su informe argumentó como la denunciante mantenía de manera persistente a lo largo de la instrucción por distintas fuentes, contactos directos o por medio de internet o redes sociales con personas mayores de edad subidas de tono y el acceso y consumo de estupefacientes.
Finalmente, el Ministerio Público puso de manifiesto "la total ausencia de hechos periféricos que apuntalen o consoliden por vía indiciaria" una posible acusación, por lo que el procedimiento ha quedado visto para sentencia.