Viernes, 8 de enero.
Redacción
Filomena se mantuvo en la jornada de ayer como un gran regalo en forma de intensas precipitaciones que empaparon el sur y oeste de Gran Canaria, donde volvieron a brotar las cascadas y saltos de agua que han quedado grabadas para el recuerdo.
Esta borrasca atlántica, que seguirá dejando cierta inestabilidad a lo largo de todo el fin de semana, está cumpliendo con el guión previsto por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), dejando un buen caudal de agua, entre más de 80 y casi 100 litros por metros cuadrados en las medianías del sur y oeste de Gran Canaria, la isla más beneficiada por el paso del frente, según los datos de la Aemet.
A la lluvia se sumó el viento, que salpicó de incidencias varias carreteras del interior de Gran Canaria y que obligó al Servicio de Mantenimiento de Carreteras de Gran Canaria a lanzar un aviso para que los conductores-as tomen las precauciones necesarias a la hora de circular por las carreteras de las medianías y cumbres de la isla ante la caída de piedras y ramas.
En Agüimes, a los desprendimientos que desde el miércoles se producen en la carretera GC-550, entre Temisas y el casco de Santa Lucía, se une la caída de ramas y vallados de obras, el apagado de los semáforos del Polígono Industrial de Arinaga y diversos problemas con el alcantarillado, entre otros.
La imagen del paso de Filomena, sin duda, volverá a ser el agua corriendo por diversos barranquillos de nuestro municipio y por el canal de la zona industrial de Arinaga, que recogía buena parte de la lluvia que caía en la zona de medianías, y terminaba su recorrido desembocando en Arinaga.