Martes, 8 de junio.
Canarias7
El Parque Eólico Marino San Borondón, promovido por Iberdrona en aguas del Sureste, estará formado por 17 aerogeneradores de 14 MW montados sobre cimentaciones flotantes en profundidades que varían entre los 40 y 200 metros dentro de un área de 44 kilómetros cuadrados ubicada a unos 3 kilómetros de la costa comprendida entre Maspalomas y el Aeropuerto de Gran Canaria.
El parque que proyecta la compañía, el de mayor potencia de los once que han iniciado el trámite de declaración de impacto en la franja sureste de la isla, prevé la posible incorporación de una planta piloto de 50 MW en el arranque del proyecto para incrementar luego la potencia en 188 MW adicionales, hasta llegar a los 238MW, tal y como figura en el estudio registrado en el Ministerio de Transición Ecológica, que resalta que la producción anual prevista supondría en torno al 35% del consumo de la energía eléctrica que tuvo la isla en 2019.
El proyecto estima que el parque flotante fomentaría la creación de cuatro mil empleos directos e indirectos a lo largo de su vida útil, estando en el Puerto de La Luz las operaciones de montaje y precisando de una ventana climática favorable para el traslado de los aerogeneradores con remolcadores a su ubicación y la posterior conexión a la red eléctrica insular.
Montados sobre plataformas flotantes y semisumergibles de acero, con una altura de buje de 150 metros sobre el nivel del mar y un diámetro de rotor de 230 metros, las dimensiones de los aerogeneradores son faraónicas, ya que cada torre tiene una longitud de 125 metros y un peso de 1.000 toneladas, mientras que el peso de la góndola y el rotor será de 760 toneladas y la altura total sobre el nivel del mar será de unos 262 metros.
Iberdrola sostiene que la ubicación del Parque Eólico Marino San Borondón no invade las principales áreas naturales protegidas de la zona y permite un tendido de evacuación de la energía viable, para lo que precisa de la creación de una subestación eléctrica cerca del Barranco de Tirajana.
El proyecto destaca que los sistemas de cimentación flotante disponibles actualmente, los elegidos para San Borondón, permiten reducir impactos ambientales y superar las limitaciones ligadas a la profundidad del lecho marino, un hecho que había provocado que la eólica marina prosperara únicamente en aguas someras como las del Mar del Norte o el Báltico.