Viernes, 29 de julio.
Los conductores-as que ayer por la mañana circulaban por la GC-1, a la altura del kilómetro 23, en las cercanías de los accesos y salidas del Polígono Industrial de Arinaga, han mostrado sus quejas por el riesgo de accidente por la mala visibilidad que provocaba la tierra y el polvo que generan las obras de un parque fotovoltaico en uno de los márgenes de la vía, y que se vio acrecentado considerablemente por el viento que ayer se levantó en buena parte de la isla.
Esta situación afecta también a alguno núcleos de población cercanos y, algunos usuarios-as llegaron incluso a señalar en las redes sociales que no se estaba lanzando agua para evitar el levantamiento de tierra, algo fundamental, señalan, para evitar molestias a la ciudadanía y, en el caso que nos ocupa, minimizar cualquier riesgo de accidente en una carretera con una gran densidad de tráfico.
Las autoridades pidieron ayer que los conductores-as extremaran las precauciones en la vía para evitar cualquier accidente.
También han mostrado su enfado por esta situación los vecinos-as de Los Espinales, que aseguran que "hace tres meses que estamos viviendo un infierno, no comen el polvo y la tierra", señaló ayer a Televisión Canaria el Presidente de la Asociación Vecinal Cultural Los Espinales, Martín Santana, que indica que tienen la sensación de estar sufriendo una interminable tormenta del desierto.
Desde el Ayuntamiento de Agüimes, que ya ha mantenido diversas reuniones con los vecinos-as y la empresa, se subraya que la obra fue declarada de interés general por el Gobierno de Canarias, por lo que no puede hacer nada al respecto.
De hecho, indican que "no podemos fiscalizar si se están cumpliendo las medidas correctoras porque las desconocemos" y tampoco "tenemos competencias para cualquier acto de control preventivo", tal y como especifica la orden de ejecución.
