Domingo, 4 de diciembre.
Lorenzo Méndez*
La Comarca del Sureste de Gran Canaria celebraba este pasado mes de noviembre su XVIII Feria del Sureste. Feria que, en todas sus ediciones, obtiene un magnífico éxito de convocatoria, además de ser referencia en defensa de nuestro producto local, de nuestra identidad y conservación de tradiciones.
La que fuera denominada como el triángulo de la pobreza (el Sureste: Ingenio, Agüimes y Santa Lucía) es hoy una comarca que cuenta con más de 130.000 habitantes (más habitantes que las islas de La Gomera, El Hierro o La Palma, y tantos como Fuerteventura), lo que convierte a la comarca del Sureste, comparativamente, en la segunda ciudad de la isla de Gran Canaria (y la cuarta del archipiélago).
Un triángulo de la pobreza que, desde la configuración de sus ayuntamientos democráticos, se ha convertido en un ejemplo de eficiencia en la gestión pública, mejorando notablemente las condiciones de vida de su gente y en una comarca con una marcada apuesta por la conservación del medioambiente y la sostenibilidad. Todo ello, al amparo de una institución pionera y fundamental como ha sido la Mancomunidad del Sureste.
No obstante, no son pocas las deficiencias que, 40 años después, todavía se ciernen sobre nuestro Sureste de Gran Canaria.
Somos más de 130.000 habitantes que sufren una tasa de desempleo por encima de la media de Canarias, llegándose a perder miles de puestos de trabajo en el sector del tomate sin que absolutamente nada se hiciera o sin que se reconvirtiera el sector; somos más de 130.000 habitantes que no cuentan con un hospital, que tienen que desplazarse decenas de kilómetros para tratarse cualquier dolencia grave; es esta una comarca que carece de oficinas administrativas esenciales como la Agencia Tributaria o la Tesorería General de la Seguridad Social; una comarca que con más de 130.000 habitantes no dispone de ninguna estación de guaguas intercomarcal, que tiene gravísimos problemas de movilidad y transporte (véase la escasa conectividad de guaguas de Arinaga, Ingenio o Pozo Izquierdo); un Sureste, que a pesar de ser una referencia desde el punto de vista de la actividad empresarial o la sostenibilidad y conservación del medio ambiente, no tiene ninguna facultad de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Reconocer las excelencias del camino recorrido no puede ser óbice para levantar la voz contra las grandes deficiencias con las que cuenta nuestra comarca. El Sureste de Gran Canaria requiere mayor liderazgo político-social y muchísima mayor visión comarcal, la que ya se tuviera con la creación de la mancomunidad.
Escribamos a este Sureste, a esta tierrita construida tomate a tomate; tomatera a tomatera; aparcera a aparcera.
*Lorenzo Méndez es Graduado Social del Ilustre Colegio de Graduados Sociales de Gran Canaria y Fuerteventura y Gestor Administrativo del Ilustre Colegio de Gestores Administrativos de Gran Canaria.
