Lunes, 27 de marzo.
Lorenzo Méndez
El 30 de abril de 2008 encallaba, frente al puerto marroquí de Tarfaya, el Assalama, el barco de Naviera Armas que cubría la línea marítimo comercial que unía el archipiélago canario con Marruecos. 15 años después de aquel suceso, el archipiélago canario y el país africano -Canarias y África- siguen sin tener ninguna línea marítimo comercial y de pasajeros que una las islas Canarias y su vecino más inmediato. Es este un archipiélago con la cabeza en Madrid pero que vive, inexplicablemente, de espaldas a sus vecinos, que vive de espaldas a África.
Este mes de marzo de 2023 el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, visitaba Marruecos y se traía de su visita la necesitad de reconectar el archipiélago con Marruecos a través de esta línea marítima. Es este un tema recurrente siempre que un presidente de Canarias visita el país alauí. Más concretamente deberíamos decir que se trata de un “titular” con el que volver de Marruecos.
Más allá del recurrente titular con el que tiene que volverse de Marruecos el presidente canario visitante; debemos atajar el asunto de la conectividad marítima de Canarias con Marruecos (sin olvidar Sáhara Occidental y Mauritania, que junto a Marruecos suman más de 40 millones de personas) como un elemento central de nuestro desarrollo económico y ahí debe jugar un papel fundamental Gran Canaria y el Puerto de Arinaga.
El Puerto de Arinaga, de la mano del Polígono de Arinaga, debe convertirse en el eje de esta conectividad de Canarias con el contienen africano. Impulsar la línea marítima comercial y de pasajeros desde Arinaga a Marruecos debe transformarse en una oportunidad magnífica para el tejido empresarial e industrial del polígono de Arinaga (compraventa de bienes de equipo nuevos y usados, conocimiento, industria agroalimentaria, reparación de maquinaría y vehículos, etc. Siendo este un tejido empresarial y comercial del que ya disponemos). Convertir el Puerto de Arinaga y el Polígono de Arinaga en una puerta a África debe ser un elemento central de cualquier estrategia económica -y de diversificación económica- que se pretenda para la isla de Gran Canaria.
Para que el Puerto de Arinaga se convierta en puerta a África se precisan no solo buenas palabras y mejores intenciones, se precisa, como en todo, de determinación política que se convierta en recursos -que habrán de venir de donde hayan de venir- que determinen la transformación y diversificación que la economía canaria necesita -una Canarias, como la otrora Canarias de los Puertos Francos, abierta al mundo-.
Parafraseando aquel dicho majorero: desde Arinaga a Berbería se sale de noche y se llega de día.
*Lorenzo Méndez es gestor administrativo y graduado social (Asesoría Menceyes-Cruce de Arinaga)