Martes, 3 de octubre.
Rafael Álvarez Gil
Agüimes es un baluarte político de la izquierda canaria. Este enclave del sureste ha sido, de toda la vida, feudo electoral del nacionalismo isleño. Y eso se percibe con un mero paseo por el casco. Pero también, y lo más importante, en las políticas públicas diseñadas y ejecutadas desde el consistorio; tanto siendo alcalde Antonio Morales (1987-2015) como Óscar Hernández (desde 2015). Sucesivas mayorías absolutas. Por eso el grupo palmero ha sido una constante en los conciertos culturales y de fiesta popular en Agüimes desde hace décadas. Decir Taburiente y Agüimes, unir ambas claves, supone una especie de pócima mágica destilada desde el inicio de los tiempos; esto es, desde que la democracia y el autogobierno permitieron emerger la identidad canaria de manera fortalecida y con autoestima tras el largo periodo oscuro de la dictadura franquista.
Este domingo por la noche Luis Morera y su gente pusieron el broche de oro a las fiestas agüimenses. Y protagonizaron en la plaza del Rosario un encuentro que concitó la expectación y el clamor popular. Las giras de Taburiente por el archipiélago son un continuo. Pero en Gran Canaria, al menos, ostenta la señal distintiva de que hay un buen puñado de seguidores del grupo palmero que les siguen allá donde actúen; sea Telde, Guía, Agüimes… Ahí están abonados, prestos a escuchar unos temas que atesoran la defensa de la identidad canaria y la reivindicación de lucha por las conquistas sociales que atañen a nuestro pueblo.
El proyecto de ecoisla que lidera Antonio Morales desde 2015 en el Cabildo de Gran Canaria emerge en Agüimes. No se puede entender lo uno sin lo otro. Morales rubricó (desde la playa de Arinaga hasta Temisas) un modelo político canario que mece entre la sostenibilidad medioambiental y la austeridad superadora pasando por la igualdad social. El equipamiento de instalaciones públicas que dispone Agüimes desde entonces lo dice todo. Y no es casualidad, por consiguiente, que recientemente el regidor Óscar Hernández dispusiera su empeño por reducir la deuda pública. Agüimes es un municipio de deuda cero. Es la austeridad entendida desde la mesura comprometida socialmente, la sobriedad al servicio del bienestar del pueblo.
Pasan las fiestas. Lucen las banderolas canarias por sus calles. Y en la plaza de San Antón, en pleno casco, las parrandas amenizan las noches de calor aún por estas fechas. Las fachadas se engalanan de canariedad. Y el nacionalismo irrumpe como lazo colectivo que nos retrotrae a la época de la zafra que marcó el devenir del sureste de Gran Canaria. Taburiente en Agüimes, desde siempre, actúa en su casa.