Jueves, 30 de enero.
El inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, Xavier Velasco, y un agente del Cuerpo General de la Policía Canaria, se desplazaron ayer al yacimiento arqueológico víctima de un acto vandálico, tal y como denunció El Legado: Cultural y Patrimonio, para levantar acta y realizar una primera estimación de los daños causados.
Tal y como informamos ayer, el autor o autores de este este atentado subrayó con un rotulador las siluetas distribuidas en dos paneles distintos sobre piedra, uno de ellos con ocho siluetas antropomorfas de época prehispánica, de al menos cinco siglos de antigüedad y de las que se vieron afectadas seis, mientras que en el segundo fue alterado el dibujo de un barco, practicado probablemente por un pastor de la zona entre los siglos XVII y XVIII, a tenor del tipo de velamen y estructura del navío.
La aproximación realizada ayer ha determinado que se trata, al menos de momento, de un daño de carácter moderado llevado a cabo con un rotulador indeleble con el que se repasaron las figuras, por lo que ahora se llevará a cabo una restauración, basada en un tratamiento químico inocuo para la roca y los grabados, y tras la realización de una prueba previa para evitar cualquier riesgo.
Las tareas, que se iniciarán la próxima semana, tendrán una duración de una o dos jornadas de trabajo, al margen de los protocolos preliminares necesarios.
El desaprensivo ataque denunciado en Agüimes es un buen ejemplo del alcance del paraguas legal que protege al patrimonio y de las posibles sanciones que se enfrentan las personas que alteren su estado de cualquier manera.
Asimismo, el Cabildo de Gran Canaria indica que todos los grabados rupestres e inscripciones con valor histórico cuentan con el grado de Bien de Interés Cultural (BIC), es decir, el valor y la cobertura más elevadas, una protección que abarca tanto elementos prehispánicos como realizados en fechas posteriores a la conquista.
Tal y como informamos ayer, el autor o autores de este este atentado subrayó con un rotulador las siluetas distribuidas en dos paneles distintos sobre piedra, uno de ellos con ocho siluetas antropomorfas de época prehispánica, de al menos cinco siglos de antigüedad y de las que se vieron afectadas seis, mientras que en el segundo fue alterado el dibujo de un barco, practicado probablemente por un pastor de la zona entre los siglos XVII y XVIII, a tenor del tipo de velamen y estructura del navío.
La aproximación realizada ayer ha determinado que se trata, al menos de momento, de un daño de carácter moderado llevado a cabo con un rotulador indeleble con el que se repasaron las figuras, por lo que ahora se llevará a cabo una restauración, basada en un tratamiento químico inocuo para la roca y los grabados, y tras la realización de una prueba previa para evitar cualquier riesgo.
Las tareas, que se iniciarán la próxima semana, tendrán una duración de una o dos jornadas de trabajo, al margen de los protocolos preliminares necesarios.
El desaprensivo ataque denunciado en Agüimes es un buen ejemplo del alcance del paraguas legal que protege al patrimonio y de las posibles sanciones que se enfrentan las personas que alteren su estado de cualquier manera.
Asimismo, el Cabildo de Gran Canaria indica que todos los grabados rupestres e inscripciones con valor histórico cuentan con el grado de Bien de Interés Cultural (BIC), es decir, el valor y la cobertura más elevadas, una protección que abarca tanto elementos prehispánicos como realizados en fechas posteriores a la conquista.
