Juanjo Jiménez*
La ONU ha vuelto a llamarle la atención al Sureste de la isla con un premio más, y van unos cuantos, por su gestión energética, del agua y medioambiental. Mira ellos.
El último galardón se llama ONU-Agua, en el que el Sureste de Gran Canaria ha quedado tercer finalista tras la India y Singapur.
Desde hace años, los tres municipios que conforman la Mancomunidad del Sureste, Ingenio, Agüimes y Santa Lucía, han venido estropeando el orden establecido con este tipo de salidas de madre. Algo que ya le valió dos Livcom Awards, que otorga un prestigioso grupo de perroflautas y fumahierbas de Gran Bretaña a los mejores proyectos en la materia.
Pero la ONU, en el prospecto que acompaña a su nuevo reconocimiento, se centra en que esta república independiente "se ha convertido en un líder mundial" en porquerías como "energías renovables", vade retro, "la desalinización, la depuración, la reutilización en la agricultura y los espacios verdes, produciendo un círculo de sostenibilidad que afecta e incluye a todas las personas y al medio ambiente". Es decir, un círculo, como dice la ONU, de lo más vicioso que solo puede acarrear para el pueblo canario la desafección de nuestros amados proveedores de gases y gasolinas, empresas y países con los que tenemos acuerdos de no agresión y que, coño, han estado polucionándonos amablemente para que ahora vivamos sueltos del aire, guindados del sol, el viento y otras babiecadas.
Es este un caso único que, además, amenaza con expandirse a pesar de gozar de un Estado que vigila para que la disciplina energética se cumpla como Industria manda, gravando la propiedad del sol y bloqueando con buen tino iniciativas que solo pueden terminar en la anarquía eólica
Tal así, que el Alcalde de Agüimes, Antonio Morales, aún se atreve a insinuar seguir en esta línea marginal en todo el planeta para cubrir las necesidades de 1.100 millones de personas que sobreviven sin lo básico, ideario que efectivamente es propio de los políticos libres, apegados al suelo y con visión de futuro, sí, pero de muy malita digestión para el resto de los aquí presentes.
*Juanjo Jiménez es redactor del periódico La Provincia.