29 de mayo de 2021

El Muelle Viejo de Arinaga, recuperado para el baño 116 años de dejar de prestar el uso para el que fue construido a finales del siglo XIX

 Sábado, 29 de mayo.                                                                                                  

Un momento de la visita al Muelle Viejo de Arinaga (Foto: @oscarhdezsuarez)

Redacción

Las obras de rehabilitación del Muelle Viejo en Arinaga, uno de los puntos de mayor valor histórico y etnográfico del litoral de nuestro municipio, son ya una realidad después de la finalización de los trabajos, que han permitido su recuperación para el baño, en los que se han invertido algo más de 200.000 euros, cofinanciados por el el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria, a través del Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN).
Este espacio, que ayer visitó el Alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, junto a varios concejales del grupo de gobierno y técnicos municipales, cuenta con una nueva rampa peatonal para acceder a la playa y nuevas plataformas de madera y aluminio marino, respetuosas tanto con el paisaje como con la estructura original del muelle, construido a finales del siglo XIX, en 1888, que facilitarán el baño de las personas usuarias.
Asimismo, se han restaurado los muros de contención de la estructura, que dejó de utilizarse en 1913, cuando un fuerte temporal destruyó parte de la misma, y se han rehabilitado los senderos que discurren por todo el espacio colindante, uniendo la línea de costa con el antiguo faro, ubicado en lo alto del Monumento Natural de Arinaga.
El Muelle Viejo, según las referencias históricas, era utilizado para descargar el combustible que abastecía las luminarias del Faro de Arinaga para guiar a las embarcaciones que navegaban por esta parte de la isla, entre la costa de Telde y el Faro de Maspalomas, aunque con el paso del tiempo, y después de dejar de prestar su servicio, presentaba un avanzado estado de deterioro, con parte del mismo desmoronado durante las últimas décadas y con gran parte de las piedras que recubrían la estructura, y que han servido para su rehabilitación 116 años después, reposando en el fondo del mar.