20 de febrero de 2022

El alcaraván, en peligro de extinción en el Sureste de Gran Canaria

 Domingo, 20 de febrero.

Un ejemplar de alcaraván muerto junto a un parque eólico
Redacción

Los parques eólicos, plantas fotovoltaicas, tendidos eléctricos, torres de alta tensión y vías de acceso a esas instalaciones en el Sureste de Gran Canaria está acabando con uno de los principales hábitats de los alcaravanes en las islas y empujan a la desaparición de la especie, según informa Azaenegue Naturalistas.
Los censos de ejemplares, realizados desde el año 2012 hasta ahora en varias zonas de la Comarca del Sureste y de La Aldea de San Nicolás, reflejan "una realidad alarmante para la especie", alerta el colectivo dedicado al estudio de los animales en peligro de extinción, que se suma a los informes de agentes de Medio Ambiente sobre la alta mortalidad de fauna autóctona al chocar contra los aerogeneradores.
El alcaraván, ha explicado el grupo conservacionista, es un ave de hábitos esteparios que cuenta con dos subespecies endémicas en Canarias, una que habita en las islas orientales (Burhinus oedicnemus insularum) y otras presente en las centro-occidentales (Burhinus oedicnemus distinctus).
Esta segunda, presente en Gran Canaria, se encuentra calificada como "Vulnerable" en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y como "De Interés Especial" en el Catálogo Canario de Especies Protegidas, además de figurar en otros documentos de carácter internacional como la Directiva de Aves de la Unión Europea o los convenios de Bonn y Berna.
El Coordinador de Azaenegue Naturalistas, Daniel González, uno de los autores del seguimiento a la población de alcaravanes de Gran Canaria, apunta que "la destrucción y degradación del hábitat, la abundante presencia de depredadores exóticos y el aumento de las molestias en las áreas de concentración, alimentación y cría compromenten la existencia de las poblaciones más importantes de la isla".
El punto de partida es un informe realizado hace una década por la Consultora Dracanea, titulado Estudio del Estado de la Población de Alcaraván en Gran Canaria y Amenazas para su Conservación, que incluyó un censo de estas aves en varias  zonas de cría.
Desde entonces se ha registrado un descenso de la población de parejas y pollos, incluso la desaparición total de esos animales.
Los seguimientos electrónicos también revelaron la fragilidad de esta especie, pues se colocaron localizadores de radiofrecuencia en cinco ejemplares y cuatro de ellos aparecieron muertos a los pocos días, dos de ellos junto a aerogeneradores y otro depredado por un gato.
El investigador sostiene que "los llanos desérticos del Sureste grancanario y el Valle de La Aldea suponían dos de los refugios de mayor interés, pero la implantación masiva de parques eólicos y plantas fotovoltaicas ha arrasado con muchos de los reductos que disfrutaba la especie en la primera zona, mientras que el tramo finalizado de la autovía Agaete-La Aldea, el corredor turístico o las concesiones para la extracción de áridos en el cauce del Barranco de La Aldea han supuesto la fragmentación y degradación de áreas imprescindibles".
La tendencia de la especie, añade, "es la misma en la mayoría de las poblaciones de la costa norte, medianías y cumbres de la isla, donde solo unas pocas localidades arrojan datos estables", a lo que hay que añadir el impacto de tendidos eléctricos, los atropellos en la densa red viaria o los numerosos mamíferos exóticos invasores que afectan a estos espacios y al resto del territorio.
Además, existe un considerable aumento de las molestias en áreas sensibles debido a una falta de conciencia generalizada y la inexistencia de regulación, vigilancia y control, según señala el colectivo, que apunta también que "son múltiples los avisos a las administraciones competentes, pero la pasividad está siendo tan alarmante como el resto de amenazas que pesan sobre la especie".