Jueves, 12 de octubre.
El pasado día 6 de octubre fue catalogado por el personal docente de los centros educativos de Gran Canaria como "el día negro del calor", una jornada en la que hubo desmayos y golpes de calor, tanto entre el alumnado como el profesorado, llegándose a requerir en algún caso el servicio de una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC).
Es sólo una pequeña muestra de lo que se lleva soportando en los centros educativos del Sureste de Gran Canaria, cuando a los 31 grados que se pueden registrar en la calle se convierten en unos insoportables 41 grados en las aulas cuando hay unos treinta chicos-as, por lo que desde distintas fuentes vinculadas al sector educativo en Canarias se insiste en la falta de un protocolo para estos episodios de altas temperaturas.
Así lo destaca también, entre otros, el responsable del IES Joaquín Artiles de Agüimes, Maxi Hernández, que si bien ve lógica la decisión de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias de suspender las clases en todas las islas durante las jornadas del miércoles y viernes, sí apunta a que se ve obligado a tomar ciertas decisiones.
Durante estos días, asegura Hernández, varios alumnos-as y hasta tres profesoras sufrieron desmayos, y algún chico, incluso, llegó a sangrar por la nariz, por lo que se tuvo que pedir la asistencia de una ambulancia para poder recuperarlo.
En este sentido, la coincidencia de todos los directores-as de centros educativos sostiene en que se debe dotar a los patios de los mismos de infraestructuras (carpas) para dar sombra o proteger de la lluvia a la comunidad educativa.
Además del calor, tampoco se explica que muchísimos centros tengan las persianas rotas y que no hayan repuestos, un asunto del que, asegura Hernández, "nos hemos quejado pero no hemos obtenido respuestas".